La Galería Carles Taché tiene el placer de anunciar la exposición individual del artista barcelonés Victor Jaenada. La serie de pinturas aquí presentada es fruto del período Covid reciente, en que estuvimos sumergidos en pantallas e interacciones virtuales. Partiendo de un sentimiento de recuperación del humanismo post-confinamiento, Jaenada elabora una obra visual ligada con la poesía, que reacciona y contesta, a su vez, con rotundidad sincera a estos tiempos fútiles y perversos. La dimensión poética y trascendente de las obras del artista se nos presenta no solo en los elementos textuales que forman este gran libro que es la exposición, también lo hace en la elección de técnicas y materiales -cómo en el gesto de depositar masas de pintura sobre el lienzo o el papel, dejando a la vez “trocitos de vida” que se trasladan directamente desde la profundidad al espacio pictórico: “dejo la pintura sobre la tela cómo si me estuviera arrancando la piel a tiras”-. Capítulo fundamental de este libro personal es el carácter flamenco, fundido desde hace años con las obras de este creador. Entonces, premoniciones, moralejas, y vivencias conforman el corpus de esta serie de pinturas-poemas. Victor Jaenada se nos muestra como un artista interesado en un romanticismo actualizado, que valora el fondo frente a la forma, y lo intuitivo frente a lo calculado.
(eng)
Galería Carles Taché is pleased to announce the solo exhibition of the barcelonian artist Victor Jaenada. The series of paintings presented here is the result of the recent Covid period, in which we were immersed in screens and virtual interactions. Starting from a feeling of recovery of postconfinement humanism, Jaenada elaborates a visual work associated to poetry, which reacts and contests, with sincere rotundity, to these futile and perverse times. The poetic and transcendent dimension of the artist’s works is presented to us not only in the textual elements that make up this great book that is the exhibition, also in the choice of techniques and materials – such as the gesture of depositing masses of paint on the canvas or paper, leaving at the same time “bits of life” that are transferred directly from the depths to the pictorial space: “I leave the paint on the canvas as if I were tearing my skin in strips”. The fundamental chapter of this personal book is the flamenco character, fused for years with the works of this creator. Premonitions, morals and experiences make up the corpus of this series of paintings-poems. Victor Jaenada shows himself as an artist interested in an updated romanticism, which, values the background as opposed to the form, and the intuitive as opposed to the calculated.
Extracto de una carta que escribí unos días después de la muerte de Fidel Balaguer y que nunca publiqué:
…Lo del panorama de galeristas de Barcelona lo daba por perdido, él tenía los huevos en otro nido, lo de la galería era una excusa para enseñarnos a volar. Y la peña de lo que rodea al arte, ¡Hay la peña! Ni idea tiene. Hay mucho malaje en el mundo que rodea a lxs artistas, eso lo sabemos todxs. Pero el Fidel siempre marcaba una excepción, Carles Taché. Me comentaba: “En Taché és el que sap aquí a Barcelona!”. Era su modelo a seguir, y según me comentaba, el colega que más le ayudó al principio. Una vez, en una cena en el Carmelitas, de esos eventos en los que siempre orgulloso me invitaba como a su joven Padawan, y en la que habían muchos otros Jedis, las fuerzas y los terenná se unieron, y acabamos cenando juntos, los Balaguer y los Taché, rompiendo así el rancio y sospechoso ambiente, por algo sería. Todo fue muy natural y agradable, recuerdo al Fidel lleno. Al día siguiente, como cada media mañana, el Fidel aparcó su coche en la galería-estudio que compartía conmigo -yo pajarito, él rinoceronte- y me dijo que alguna de estas ocasiones, acompañaba a Carles a su casa con el coche, porque él no tenía carnet, porque vivían relativamente cerca, y porque le iba explicando anécdotas increíbles. Más de una vez me dijo: “El dia que en Taché escrigui les seves memòries s’acabarà el món de l’art aquí!”. Y también decía: “Jo vull tindre xòfer, com en Taché!”. Yo me partía de la risa…
Al principio de yo estar con el Fidel, allá por 2013, cuando era un artista niñato, pensaba para adentro: “Me merezco una galería cómo la Taché”. ¡Qué tan ridículo he sido! Y claro, después de que Fidel me pusiera en mi sitio, pude crecer sano y fuerte…
Y mira ahora Fidel, voy a hacer una expo aquí, en la Galería Carles Taché. Y de todo esto solo me da una pena grande, y es que no estés aquí para hincharte, cómo hacías siempre con mis buenas noticias. No sabíamos que era imposible y lo hicimos, otra vez. Te dedico la expo Balaguer.
El suelo frío,
La toalla roja,
La piscina verde,
Y el sielo caliente.
03/08/2020 > 29/03/2020 – Bombon projects, La Fonteta, Spain.
(esp)
Bombon presenta Greatest hits, una exposición colectiva con Ángela de la Cruz, Joana Escoval, Víctor Jaenada, Bernat Daviu, Enric Farrés Duran, Cristina Garrido y Andrew Birk & Jordi Mitjà. Debido a la fulminante anulación de ferias internacionales y otros eventos, Bombón, sintiéndose con la responsabilidad de llenar este vacío y saciar las ganas de consumir cultura, presenta una selección de piezas en un espacio de Fonteta, un pueblo del Bajo Ampurdán durante el mes de agosto. Todas ellas susceptibles a ser mostradas en ferias como Art Basel o Frieze Art Fair.
(eng)
Bombon presents Greatest hits, a group exhibition with Ángela de la Cruz, Joana Escoval, Víctor Jaenada, Bernat Daviu, Enric Farrés Duran, Cristina Garrido and Andrew Birk & Jordi Mitjà. Due to the sudden cancellation of international fairs and other events, Bombón, feeling with the responsibility of filling this void and satisfying the desire to consume culture, presents a selection of pieces in a space in Fonteta, a town in Bajo Ampurdán during the month of August. All of them susceptible to being shown at fairs such as Art Basel or Frieze Art Fair.
07/02/2020 > 24/05/2020 – CCMEX Mexico city, Mexico.
(esp)
El Centro Cultural de España en México en colaboración con Acción Cultural Española, AC/E y AECID presenta la exposición «La cuestión es ir tirando». Una curaduría de Ángel Calvo Ulloa que reúne el trabajo de 27 artistas imprescindibles dentro del panorama actual del arte contemporáneo español. Artistas participantes: Alain Urrutia, Alex Reynolds, Ana H. del Amo, Antonio Ballester Moreno, Belén Rodríguez, Carlos Maciá, Damián Ucieda, Diego Delas, Elena Alonso, Fermín Jiménez Landa, Fernando García, Irene Grau, Irma Álvarez-Laviada, José Díaz, Juan López, Julia Spínola, Laia Estruch, Leonor Serrano Rivas, Marc Vives, Miguel Ángel Tornero, Miren Doiz, Misha Bies Golas, Nacho Martín Silva, Nuria Fuster, Patricia Gómez & Mª Jesús González, Taxio Ardanaz and Víctor Jaenada.
(eng)
The Cultural Center of Spain in Mexico in collaboration with Acción Cultural Española, AC/E and AECID presents the exhibition «La cuestión es ir tirando»(On the Importance of Thriving). A curatorship of Angel Calvo Ulloa that brings together the work of 27 essential artists within the current panorama of contemporary Spanish art. Participating artists: Alain Urrutia, Alex Reynolds, Ana H. del Amo, Antonio Ballester Moreno, Belén Rodríguez, Carlos Maciá, Damián Ucieda, Diego Delas, Elena Alonso, Fermín Jiménez Landa, Fernando García, Irene Grau, Irma Álvarez-Laviada, José Díaz, Juan López, Julia Spínola, Laia Estruch, Leonor Serrano Rivas, Marc Vives, Miguel Ángel Tornero, Miren Doiz, Misha Bies Golas, Nacho Martín Silva, Nuria Fuster, Patricia Gómez & Mª Jesús González, Taxio Ardanaz and Víctor Jaenada.
Continuamos con nuestro programa durante estas vacaciones de verano. Viajamos acompañados de varias obras de artistas que hemos invitado a usar una toalla como soporte. Las mostraremos por la costa española donde vamos a pasar nuestras vacaciones familiares. Nuestro objetivo es compartir una propuesta de pintura contemporánea fuera de nuestro entorno habitual. Elena Blasco, Razvan Boar, Ernesto Burgos, Enrico Della Torre, Bobby Dowler, Jorge Diezma, Sabine Finkenauer, Ricardo González, Robbin Heyker, Victor Jaenada, Rasmus Nilausen, Beatrice Marklund, Mattea Perrotta, Humberto Poblete-Bustamante y Alfredo Rodríguez. – Galería Alegría
(eng)
We continue with our programme during this summer holidays. We are traveling accompanied with several works by artist that we have invited to use a towel as support. We will show them around the Spanish coast were we are going to spend our family holidays. Our goal is to share a contemporary painting proposal out of our usual environment. Elena Blasco, Razvan Boar, Ernesto Burgos, Enrico Della Torre, Bobby Dowler, Jorge Diezma, Sabine Finkenauer, Ricardo González, Robbin Heyker, Victor Jaenada, Rasmus Nilausen, Beatrice Marklund, Mattea Perrotta, Humberto Poblete-Bustamante and Alfredo Rodríguez. – Galería Alegría
Con Ulrike Buck, Laia Estruch, Jakub Choma, Monia Ben Hamouda, Michele Gabriele, Kenneth Alme, Kåre Magnus Bergh, Victor Jaenada, Andrew Birk, Pierre Clement, Sahatsa Jauregi, Valerio Nicolai, Josep Maynou, James Lewis, Lucia Leuci, Martin Llavaneras, Estrid Lutz, y Jordi Mitjà.
With Ulrike Buck, Laia Estruch, Jakub Choma, Monia Ben Hamouda, Michele Gabriele, Kenneth Alme, Kåre Magnus Bergh, Victor Jaenada, Andrew Birk, Pierre Clement, Sahatsa Jauregi, Valerio Nicolai, Josep Maynou, James Lewis, Lucia Leuci, Martin Llavaneras, Estrid Lutz, and Jordi Mitjà.
In January and February on hilltops, in blastocysts of stone houses with low ceilings slung together, people clump around greasy wood ovens for warmth, animals huddling underneath. Wintry air marches down the Pyrenees headfirst into pijo Cadaqués, plate-glass shattering everything into cyan shards, metal signs ripped off their moors, hats flying, dunes eat into jabalí trails in the beachgrass.
Coming in like a distant highway, on the tinny pang of church-bells, expanding into all of space, enveloping, rending ancient structures willy-nilly, disheveled. Barn doors blast open and slap flush against wood frames, glass weather-seals chattering, things peel.
Sagebrush haired sweatshirt-wearers squint forever, madly sweeping to fight the sand back and cigarette butts and beer cans and crumpled dusty Kinder wrappers that fly in from the fields and collect in the armpits of one-way streets. Acrid shit-slurry spread shallowly over fallow surfaces, peanut-buttery reek, a grainy, all-consuming temporary phthisis, overwhelming the entryways of old farmer’s houses, prune-faced poker-players with dead noses.
A plume of pigeons rises from an old terra cotta rooftop, does one half of a half turn, a contrail line disseminating into blue vastness. In the lust-flood of springtime, almond trees lift their skirts, tendrils unfurl and birds gawk in the marshes.
On longer days, oversized lemons and lode tomatoes sag off the vine, fat figs drip purple vinegar, punch drunk wasps and butterflies tumble through sunflowers. An albino deer agape in the far distance, a permacast tractor path. One work boot impaled musty and upside-down on a wooden stake, waiting. Evening yellow lingers like perfume in an elevator, too long, painterly, perfect. Under its spell, stone walls and thousand year doors exfoliate. Shotgun shells scattered and rustling over the broken marble pathway glinting off towards the downing sun.
Butter white swamp horses chortle to themselves quietly in the muck in the shadow of power lines crossing the wilderness, the moon thick in the clouds. We came here to imagine kids building forts in the floodplain detritus. To observe leaves fall from trees, expressionist lichen, a blurry black bodied crow streaks across the plane, time unravels in front of our panting summer faces and wild windy squinting eyes. A time-lapse of matter building up and frothing forth, swelling in assertive dominion, then weathered, receding, bowing justly and blowing away; moment after moment and year after year.
An old home in the countryside that has hosted multiple life cycles: its foundations were already built with the ruins of older buildings, and it has changed in shape, size and function over centuries. Now a fragmented structure, layers pile up, revealing different time periods and domestic histories in one small archeological mess.
Located right next to the village’s church and cemetery, Spirit Vessel is the manifestation of a new life project that begins to fill this structure as a home and workspace. As in all rural areas, once hubs of activity when agriculture was the base and sustenance of life, they went from existing in the time of all-consuming labor, self-sufficiency, and a lifetime dedicated to its own local biological permanence; to the time of production at the beginning of worldwide integrated systems. A return to these empty spaces is taking place, re-appropriating and re-distributing meaning to the context, now from the perspective of a digitalized and globalized generation.
Spirit Vessel is hosting a group of works that celebrate this opening statement with their own approaches on our notions of ourselves in relation to our environmental time. In these works, the time of one human cycle as a measure of nature and historicity clashes with the chronology of the organic and the imprint of mankind’s manipulation of its habitat. Fossils of how we imagine the past to be appear as more accurate to our projection of the world in fictional narratives adjusted to our imagination, than the relevance of truth. Artists play with the mystification and personification of nature in a ritualistic relation with its elements and cycles, they recreate structures, grids and biological architecture, or the erosion and disintegration of materials in a new symbiosis of the organic and the technological over a scenario of an already fully blown ecological collapse. They go back and forth between traditional craftsmanship and processes, and accelerated image circulation. Wild horses in a swamp, oblivious to the violent winds and cohabiting with distant electric lines, provide an idyllic backdrop for this projection of our futures in the new meaning of landscape.
Todo empezó con un sueño que tuve: en él aparecíamos Dani y yo vagando perdidos alrededor de un ascensor de cristal. Debíamos tomarlo para llegar a la cima de una torre, donde yo tenía dejar una bola dorada que llevaba en la mano. Empezaba a impacientarme y tenía la sensación de que la bola debía llegar ya a su destino, pero cuando íbamos a coger el ascensor no podíamos hacerlo subir porque no tenía botón. Entonces aparecía el Yansi, uno de los que lleva La Cera 13 y supongo que para mi subconsciente el jefe, y se ofrecía a subirnos: con los dedos cogía la cuerda del ascensor y lo hacía subir manualmente (ver dibujo). Yo lo miraba asombrado pero a la vez tenía la clara sensación de que aquello no estaba bien, de que había alguna norma que nos estábamos saltando subiendo de aquel modo, y seguíamos subiendo hasta que le pedía bajar porque la sensación de que algo terrible iba a ocurrir era total. Entonces él dejaba de hacer presión con los dedos en la cuerda pero sin soltarla del todo, de modo que el ascensor entero caía y sus dedos rozaban contra la cuerda a toda velocidad, sin mostrar ninguna señal de dolor por la fricción. Lo último que pensaba era en lo increíble que era que no le doliera caer así. Desperté y ese mismo día al cabo de 4 horas Yansi me llamó para proponerme esta exposición.
Nunca conseguí quitarme esta sensación de desastre inminente. ¿Por qué acepté después de un mensaje tan claro? Lo único que puede con el instinto de preservación es la curiosidad. Queríamos saber qué pasaría, como caeríamos, y sobretodo qué veríamos al caer.´
Días después Dani me habló de una medusa australiana cuya picadura causa una sensación de “impending doom” o muerte inminente, un síntoma clínico en el que la persona cree tener una premonición de la inminencia de su propio final. A sense of impending doom engloba toda una maraña de síntomas causados por muchos males, pero que tienen en común el ser el último fogonazo previo al desmoronamiento total, y que puede estar a veces teñido de matices místicos o incluir experiencias extrasensoriales, como en el aura que precede a los ataques epilépticos. Algunos pacientes han afirmado tener, en los momentos previos a las convulsiones en los que su personalidad habitual se disgrega, revelaciones o visiones, como si le robasen algunas imágenes al abismo antes de hundirse definitivamente en él. Todo aparece claro y prístino, como si lo vieses por primera vez, y se diría que durante breves momentos el enfermo obtiene el mismo regalo que el iluminado.
Ya que habíamos aceptado avanzar a pesar del presagio, nosotros también pensamos en robarle algunas imágenes al abismo antes de caer. De este modo, hemos planteado una instalación repleta de presagios funestos, como quien se entretiene decorando una trampa.
(En una de las imágenes un mago emerge del lodo, como resurgiendo de una crisis profunda, mientras a su alrededor las patéticas ranas lloriquean y se derrumban. Resurge envejecido, pero con un raro poder que los que nunca se han hundido desconocen y temen. Las canciones lúgubres que se ha cantado a sí mismo en las profundidades son cinturones invisibles que le rodean y protegen. Ahora le acompañan mientras se adentra en el peligro, iluminando su paso con un fuego que exorciza los males latentes y le revela las infinitas ornamentaciones de la trampa).
Relicario | Uñas de pies y manos, pelo de pubis, barba, orejas, cejas y cabeza, dientes y muelas, diente de ajo y purpurina, organizados por viajes y/o eventos | Variables | 1977-2077
Reliquary | Hand and foot nails, pubic hair, beard ears hair, eyebrows and head hair, teeth and molars, garlic clove and glitter, organized by travels and/or events | Variables | 1977 – 2077
Nota: En 2017 no acabé ni una sola pintura (empecé una). Con las dos niñas (tres y uno), hice una mudanza, me rompí cuatro costillas, me casé, estuve en terapia…
Note: In 2017 I did not finish a single painting (started one). With my two daughters (three and one) I made a moving, I broke four ribs, I got married, I was in therapy…
21/07/2017 – Trastero 109 Palma de Mallorca, Spain.
(esp)
En esta expo de un día para Trastero 109 vamos a contar la historia, que solo saben mis más allegados, de cuando estuve a punto de hacer una expo en la galería Marlborough de Chelsea (NY). Fue en 2014 cuando mi amigo Yago hizo de anfitrión por Barcelona de una curator que por aquel entonces vivía en Berlín, la llevó al Hangar, donde yo tenía el taller, y la curator se enamoró instantáneamente de mi trabajo, yo estaba fuera y no la llegué a conocer. El caso es que algunas semanas más tarde… Pum! recibí un mail de la galería mencionada para ver cómo podríamos hacer algo allí, después mails, Skype, paquetes… Lo demás ya es historia, la que voy a contar aquí. Llenaré el Trastero 109 con las sensaciones, documentos y obras a medias de esos momentos en los que rocé la gloria con mis yemas.
(eng)
In this daylong exhibition for Trastero 109, we will tell the story only my closest friends know of when I was about to do an exhibition in the Marlborough Gallery in Chelsea, NY. In 2014, my friend Yago hosted a curator from Barcelona who was living in Berlin. He took her to Hangar where I had my studio and she instantly fell in love with my work. (I was out at the time and didn’t meet her). Some weeks later . . . Boom! I received an email from the aforementioned gallery inquiring about the possibility of working together. After that, emails, Skype, packages and the rest is history; this is the story which I will tell here. I will fill Trastero 109 with the sensations, documents and work from my brush with glory.
Imágenes de la exposición – Exhibition images
Video de la exposición – Exhibition video
Explicación de la curadora Amanda Schmitt (ella programaba la Marlborough de NY, y de casualidad estaba en Mallorca)
Curator Amanda Schmitt‘s explanation (she was programming the Marlborough in NY, and by chance she was in Mallorca)
“Hay medio mundo esperando con una flor en la mano, y la otra mitad del mundo por esa flor esperando”. Esto lo cantaba Facundo Cabral, cantautor, poeta, escritor y filósofo argentino que murió asesinado porque lo confundieron con un narcotraficante. Unos dan y otros esperan recibir. Unos tienen y los otros quieren tener. A veces parece que hay un equilibrio universal, pero no, hay que buscar el equilibrio, hay que caer unas cuantas veces, como dice la misma canción: “si volar es irse abajo, o si cae aquel que sube”.
Por eso, el día que Víctor Jaenada nos dice que la “La Família es lo primero” y que “Es más barato tener hijos que salir de fiesta” las cosas empezaron a ponerse en su sitio. El equilibrio aun parecía posible. Pero no nos engañemos, Víctor no ha salido de aquí, pero le gustaría estar allí!
Durante el curso escolar 2016-2017 (dentro del programa educativo de Creadors en residencia), el artista visual Victor Jaenada, junto con un grupo de 16 alumnos de entre 13 y 15 años del IES Les Corts de Barcelona, las profesoras María Roig y Luisa Trueba, y la coordinadora del MNAC Sandra Figueras, ha concebido y desarrollado el proyecto QUO VADIS. Partiendo de temas universales como el amor, la muerte y el poder entre otros, se establecen diálogos entre el mundo clásico y el contemporáneo. Se trata de una muestra multidisciplinar para el Museu Nacional d’Art de Catalunya, en la que se expondrán algunos de los trabajos realizados durante el curso junto con otras obras del artista realizadas para la ocasión.
(eng)
The QUO VADIS project was conceived and developed over the 2016-2017 school year in the Creadors in residence educational program by visual artist Victor Jaenada, 16 students from the IES Les Corts School in Barcelona (ages 13 to 15), teachers Maria Roig and Luisa Trueba, and MNAC coordinator Sandra Figueras. Dialogues are established between the classical and the contemporary using universal themes such as love, death and the power of others as starting points. Artwork created during the course will be exhibited alongside pieces specially made by the artist for the occasion in this multidisciplinary exhibition for the Museu Nacional d’Art de Catalunya.
Fotografía – Photography
* Al ser menores les he tapado la cara en Internet – Being minors I have covered their faces in Internet
Victor Jaenada 1977, barcelonés curtido en la periferia. En 1994 ingresa en la escuela de arte Llotja de Barcelona, donde recibe cinco años de formación tradicional. Como complemento a esta formación, en 2001, ingresa en la Facultad de Bellas Artes de Barcelona, allí profundizará en la pintura y el dibujo, y experimentará con otros medios, es becado el cuarto año en Granada. Después de licenciarse transforma un local abandonado de Esplugues de Llobregat en su casa-estudio, en este espacio de grandes dimensiones se instalará cinco años y creará sus primeras Instalaciones-murales. En 2013 regresa al contexto artístico barcelonés y amplía sus proyectos multidisciplinares en el centro de producción Hangar. En 2016 empezó a trabajar en un estudio en Barcelona, insertado dentro de la galería Balaguer. Y a partir de 2019 se mudó a su actual estudio de Hospitalet de Llobregat, ciudad en la que también reside con su familia.
Ha mostrado su trabajo en centros de arte como el MNAC, el CCEMX de ciudad de México, el Casal Solleric, el Centro Párraga, o la Fundació Antoni Tàpies, entre otros. Además periódicamente aparece en proyectos, tanto individuales como colectivos, en distintas galerías y en ferias de arte como ARCO Madrid. Algunas de sus obras forman parte de colecciones como los archivos del MACBA, la colección Grisart, o la colección DKV.
(eng)
Victor Jaenada 1977, Barcelona. In 1994, he enters the Llotja School of Art in Barcelona where he will receive five years of classical training. In order to complement this traditional education, he enrolls in the Fine Arts program at the University of Barcelona where he will deepen his knowledge of drawing and painting and experiment with other artistic media. In his 4th year, he is granted a scholarship to study in Granada. After graduating, he transforms an abandoned premise into his house and studio. He will spend five years in this space and will begin to work on his Mural-Installations. In 2013, he returns to the artistic context of Barcelona and expands upon his multidisciplinary projects at the Hangar artist residency. In 2016 he began working in a studio in Barcelona, inserted within the Balaguer gallery. And from 2019 he moved to his current studio in Hospitalet de Llobregat, a city where he also resides with his family.
He has exhibited his work in spaces, such as MNAC in Barcelona, CCEMX in Mexico City, Casal Solleric in Palma, The Párraga Art Center of Murcia, or Fundació Antoni Tàpies in Barcelona, among others. His work also appears sporadically in projects, both individual and collective, in different galleries and art fairs, such as ARCO Madrid. Some of his pieces are part of collections, such as the MACBA Archives, the Grisart Collection and the DKV Collection.
El sentido de la vida es la clave para entender mi trabajo. Esta pulsión siempre la encontramos latente en mis obras, bajo capas de apariencia más superficial. Mis trabajos se presentan con un aire radical y apresurado, pero más allá del primer golpe de vista, se nos revelan como estructuras sólidas y perversas. Desde lo personal, lo popular y/o desde la actualidad, se tratan los grandes temas universales y atemporales. No tengo nada delante, y cuanto menos tiempo me queda de vida, más precipito mí ritmo artístico y más lo concentro. Me considero pintor por encima de todo, aunque también me siento muy a gusto con otros medios. Mi producción reciente va en dos direcciones formales distintas. Las “Exposiciones-Obra”, que son proyectos abiertos para lugares específicos. Y las pinturas de gran formato, de carácter más estable y personal.
(eng)
The meaning of life is the key to understanding my work. This drive can always be found latent in my artwork, beneath apparently more superficial layers. My pieces are presented in a radical and precipitate way that beyond the first glance reveal a solid and perverse structure. Working from personal, popular and current issues, I talk about universal and timeless themes. I have nothing ahead of me. The less life I have left, the more accelerated and concentrated my artistic rhythm becomes. First and foremost, I consider myself to be a painter; however I am comfortable with other media. My current production goes in two different formal directions: “Exhibition-Artwork”, which is usually an open project for specific places, and large format paintings which are more stable and personal.
Exposición-Obra multidisciplinar, aparentemente heterogénea y en distintos niveles de emisión, con el concepto de “Tiempo” como denominador común de todas las obras. El “Tiempo” entendido ampliamente y sin complejos, desde perderlo haciendo scrolling hasta las teorías de Stephen Hawking. Conceptos como lo eterno, lo provisional, lo inmediato, lo repetitivo y lo acumulativo, protagonizan este recorrido lleno de pequeños detalles. Cabe destacar de esta muestra el tono íntimo y personal de algunas de las piezas, que hablan abiertamente de temas como la paternidad, la vejez o la ansiedad. Todas las obras están creadas para esta exposición y/o se han realizado in situ en el espacio.
(eng)
“Hacer Cosas” is a multidisciplinary Exhibition-Artwork which is apparently heterogeneous and functions on different emission levels. The concept of “Time” is the common denominator in all of the pieces and is understood broadly and without complexes, it is even wasted by scrolling through Stephen Hawking’s theories. Concepts such as the eternal, the provisional, the immediate, the repetitive, and the cumulative, are the protagonists of this detailed-filled journey. It should be noted that this exhibition openly discusses issues such as fatherhood, old age and anxiety, which lend an intimate and personal tone to the artwork. All pieces are exclusively created for this exhibition and/or have been made in situ in the gallery.
En esta ocasión voy a intentar casar mi producción reciente de pintura y dibujo con obras nuevas más abiertas, como instalaciones o murales específicos. Pasaré cinco días y cinco noches en la galería definiendo la muestra, inmerso en un proceso de trabajo dinámico y cambiante. Se trata de ir acompañando al arte, y de que al final surjan con naturalidad las obras y encuentren por ellas mismas su lugar. Se tocarán temas de la cultura popular junto con otros de carácter más político como el conflicto catalán. También se harán referencias a otros aspectos de la sociedad actual. Nos adentraremos en un espacio bastante blanco, limpio y ordenado.
(eng)
On this occasion, I will try to marry my recent production of painting and drawing to new more open artwork, such as installation or specific murals. I will spend five days and five nights in the gallery defining the exhibition, immersed in a dynamic and changing process. It is about accompanying the art so that, in the end, the pieces emerge naturally, finding their own place. Popular culture themes will be played alongside others of more political nature, such as the Catalan conflict. References will also be made to other aspects of current society. We will enter a pretty white space, neat and clean.
Casi nunca me gustan las críticas de arte. La mayoría son una descripción de algo que apenas es descriptible, no son críticas. De hecho tampoco sé que es el arte.
El arte no se produce todo el tiempo. Las críticas han corrompido en cierta forma el sentido de una palabra que no tiene y los historiadores del arte hemos construido una arquitectura de lo imposible sobre una base que solo sirve para ser clasificada, para ser descrita. El formalismo es un notario dando fe de que lo que ve existe, sin saber qué es lo que ve. Es un notario creativo que escribe con una rúbrica barroca y que cuando firma sentencia.
Últimamente todo me lleva a Isidoro Valcárcel Medina y en estas líneas es especialmente apropiado. Isidoro escribió una “ley del arte” que muchos lectores pueden tomar en serio cuando, en realidad, no es más que la demostración de que no se puede legislar sobre lo que ni siquiera se puede definir.
Pero creemos saberlo. A todos nos parece saber qué es el arte. Son los nuestros complejos románticos herederos de una concepción en la que las emociones de Hugo Von Hofmannsthal funcionan como esa hipoteca que nos acompaña mientras estamos vivos y que, si nos descuidamos, dejaremos en herencia a nuestros hijos.
Quizá no sepamos qué es el arte pero Víctor me ha enseñado algo: sí sabemos cuándo pasa. Se puede entender como una nueva herencia romántica, como una sucesión de males de Stendhal de baja intensidad frecuentemente pero que a veces nos tumban físicamente. El arte sucede. Pero no sucede siempre. Lo que sí sucede siempre es el artificio. La corrección formal genera cosas que merecen siempre nuestra aprobación. El arte ahora no es sancionado por un notario: el arte es el notario. Da fe de la corrección, se pliega a las convenciones estéticas, a la legibilidad, al rigor del pensamiento en definitiva. La obra de Víctor huye de eso porque si no lo hiciese ya no sería su obra; sería la obra dictada por los tiempos en curso, un arte vestido de notario considerado como tal por otro notario, que es la crítica.
Me gusta el escepticismo, me gusta que se cuestionen las cosas sin un guión ajeno, me gusta que el arte no suceda siempre en el territorio en que debería suceder, y por eso me gusta Víctor. Seguramente porque tiene la mirada de un asesino a sueldo y actúa así con su trabajo, hable de amor o de política todo es llevado al extremo. Un asesino a sueldo no es un cirujano, no corta metódicamente: clava un cuchillo en el punto débil de su víctima, encuentra el hueco entre los omóplatos para que el golpe sea mortal. La profesionalidad (concepto positivo) de un asesino (concepto negativo) a sueldo es una paradoja y él trabaja sobre paradojas. Busca esos huecos en la realidad y los perfora para asestarle un golpe brutal construido a base de paradojas. La realidad le ofrece todo un campo infinito de trabajo gracias a la inconsistencia de los convencionalismos que la construyen, y él hunde su cuchillo sin piedad. Pero no lo hace impulsado por un sentimiento criminal, ni negativo: la realidad se lo ha buscado por absurda. La destroza con cariño.
Hay una expresión muy suya que es “hacer el arte”. Lo define perfectamente. Para entender esto hay que haberse desprendido de muchas cosas y haber sacrificado parte de lo aprendido sin olvidarlo. Es necesaria la conciencia de que se está trabajando por algo y contra algo. Eliminar los filtros que condicionan la percepción y la actitud. Entre “hacer el arte” y “hacer arte” hay un universo semántico que no se queda en la forma, de hecho asimila el arte y la vida de una forma natural. Ahora la crítica entraría con Beuys y sus muchos herederos pero él no necesita citar a nadie para construir su trabajo porque se basa en esa lógica extrema del asesino a sueldo: si lo que quiero hacer está mediatizado por la convención estética no será mi trabajo, será el de otro hecho por mí. La convención estética es el enemigo de la máxima “arte=vida” pero se nos olvida a todos con mucha frecuencia, y si no se nos olvida el mercado nos urge a olvidarla. La convención estética acaba con la posibilidad del arte inesperado, pero si el arte ocurre, no todo puede ser predeterminado. De hecho nada debe serlo.
Llegados a este punto podemos pensar en Goya pintando en la Quinta del Sordo un mundo negro como reacción a un mundo falsamente colorido, pero no es así. La ironía es la forma de disfrutar de la paradoja, de no ser víctimas de ella y el trabajo de Víctor es limpio y claro, porque su ironía no tiene las connotaciones oscuras del rencor ni la venganza, es sana, lúdica, luminosa como luminosa es la franqueza. Ese humor le permite asestar otra puñalada a la solemnidad del arte y divertirse haciéndolo mientras la solemnidad sangra hasta morir.
I almost never like critiques of art. Most are a description of something which is barely describable, not criticism. In fact, I don’t even know what art is.
Art is not produced all the time. Art criticism has somehow corrupted the meaning of a word, a meaning which might not have existed in the first place, and as art historians we have erected an architecture of the impossible upon a foundation whose only use is as a system of classification and description. Formalism is a notary attesting to the fact that what it sees exists, without understanding what it is it sees. It’s a creative notary who writes in baroque rubric and and whose very signature is a verdict.
Lately, everything has been leading me to Isidoro Valcárcel Medina, who is especially relevant along these lines. Isidoro wrote a «law of art» which although many readers might take seriously, is really no more than a demonstration of something that cannot be legislated, nor defined even.
But we think we know what art is. At least it seems that way to all of us. The romantic complexes we have inherited from a concept in which Hugo Von Hofmannsthal’s emotions act as a mortgage that accompanies us for as long as we live and as a legacy which we will pass on to our children if we are not careful.
We might not know what art is, but Victor has taught me something: we do know when it happens. It can be conceived of as a new Romantic legacy, as the succession of bouts of Stendhal Syndrome which may be of low intensity but can sometimes knock us out. Art happens. But it doesn’t always happen. What does always happen is artifice. Formal conventions generate things that always deserve our approval. Art is no longer sanctioned by a notary: it is the notary. It vouches for its own correctness, it bends itself to aesthetic conventions, to legibility, to the strictures of definitive thought. Victor’s work escapes this, if it didn’t it wouldn’t be his, it would be art dictated by the times, art dressed up as a notary and labeled as such by another notary: that is criticism.
I like skepticism. I like when things are questioned without the benefit of someone else’s prewritten script, I like when art happens outside the territory it’s supposed to. And for this reason, I like Victor. That’s probably because he has the gaze of a contract killer and acts accordingly in his work, whether speaking of love or politics, everything is taken to the extreme. A contract killer is not a surgeon. He doesn’t make methodical incisions, he sticks a knife into his victim’s weak spot, he finds the gap between the shoulder blades so that the blow is fatal. The professionalism (a positive concept) of a contract killer (a negative concept) is a paradox, and he deals in paradoxes. He looks for these holes in reality and drills into them to deliver a brutal blow based on paradoxes. Reality offers him an infinite field of work thanks to the inconsistencies and conventionalisms of those who construct it and he sinks his knife into it without pity. But he doesn’t do it motivated by a criminal nor negative sentiment: reality was asking for it because it´s absurd. He destroys it with tenderness.
The expression“doart” is a favorite of his. It defines him perfectly. In order to understand it, one must first have let go of many things and have sacrificed part of what one has learned without forgetting it. It’s necessary to be aware that one is working both for and against something. To eliminate the filters which condition perception and attitude. Between “doing art” and “making art” there is a whole semantic universe which is not just about form, in fact, it incorporates art into life in a natural way. Contemporary critics might lump him in with Beuys and his many heirs, but he doesn’t need to quote from anybody to build up his work because it’s based on this extreme logic of a contract killer: if what I want to do is meditated through aesthetic convention then it won’t be my art, it would someone else’s. Aesthetic convention is the greatest enemy of “art=life”, but we so often forget this fact and if we manage to remember it the art market urges us to forget once again. Aesthetic convention puts an end to the possibility of unexpected art happening, but if it does happen, not everything can be predetermined. In fact, nothing should be.
Having arrived at this point, we might think of Goya in the Quinta del Sordo painting a black world in reaction to a falsely colourful one, but we would be wrong. Irony is the way of enjoying the paradox, of not falling victim to it, Victor’s work is clean and clear, because his irony doesn’t have the dark connotations of resentment not revenge; it’s healthy, playful, luminous since frankness is illuminating. Irony lets him deliver another blow to the solemnity of art and have fun doing it while solemnity bleeds to death.
* Techo de la sala grande de la galería, lo hice con un mechero – Ceiling of the large hall of the gallery, I did it with a lighter
(esp)
En esta Exposición-Obra veremos piezas en diferentes disciplinas concebidas exclusivamente en este espacio, la mayoría de ellas de naturaleza efímera. La galería se ubica en un piso de el ensanche barcelonés, y ahí me instalaré dos meses a modo de chamán en la caverna. Intentando tocar el arte lo menos posible, iré desarrollando una propuesta global, introspectiva y profunda. El subconsciente, el instinto y la intuición serán los sustratos a partir de los cuales afloraran las obras. Después del trance, el mapa mental resultante quedará abierto al público únicamente durante nueve días, haciendo justo lo contrario de lo que es lo habitual en los tiempos de las exposiciones.
(eng)
In this Exhibition-Artwork, we will see interdisciplinary artwork of a mostly ephemeral nature conceived exclusively in the space. The gallery is located in a Barcelona flat in the Eixample district. Here, I will dwell like a shaman in a cave. Through trying to touch the art as little as possible, I will develop a global, introspective and profound proposal. The Subconscious, instinct and intuition will be the substrates from which the artwork will flourish. Once out of trance, the resulting mental map will be open to the public for only nine days, contrasting with the usual exhibition process.
Imágenes de la exposición | Exhibition images (by Andreja Veluscek)
Exposición colectiva en el marco del MMOD. Con Pepo Salazar, Jorge de León, Claudio Aldaz, Abdul Vas, Miderrota, Alejandro de la Guerra, Juan Sánchez, Joan Morey y Victor Jaenada.
(eng)
Collective exhibition within the framework of the MMOD. With Pepo Salazar, Jorge de León, Claudio Aldaz, Abdul Vas, Miderrota, Alejandro de la Guerra, Juan Sánchez, Joan Morey and Victor Jaenada.
La rebelión social suele ser bandera ondeada por artistas. Aunque ahora, el panóptico desde el que otean los políticos valora la construcción del discurso creativo como un principio de acción desactivado. Mentira. Todavía encontramos disidentes que elaboran mensajes artísticos de exaltación con la intención de sacudir conciencias adormiladas. Esta exposición bautizada con explícito título de acción, ‘Atrévete si quieres a no hacer nunca lo que debes’, da fe de ello. Riesgo y criterio encontramos en la selección de ocho artistas que, en menor o mayor medida, parten de postulados estéticos cercanos a la rebeldía insolente del ‘no future’ del punk. Pero las costuras de este traje a medida -cosido a dentelladas por los galeristas de T20 para el MMOD Murcia Open Design- estallan al clamar que, aunque se nos niegue el futuro, estamos prestos a emprender la eterna persecución de la utopía. No hay vuelta atrás, así que reculemos un poco para tomar carrerilla, volvamos a 1977 y (re)movamos conciencias. Lean con detenimiento los textos del catálogo/fanzine firmados por José Manuel Jm Costa y Héctor Tarancón Royo. Pericia hay que tener, al cogerlo le escocerán las manos. Las tapas son de papel lija. Límense las uñas, les llevará un rato largo pensar dónde demonios ponerlo sin que se dañe algo.
A modo de visita guiada, los amantes de la liturgia, el orden y la clasificación pueden hacer un inventario alumbrados por las luces oscuras del imaginario que surge al mentar los pecados capitales que tanto afectan al capital. Fuera de T20 (sección Arte Urbano) la ira les espera pegada en los cristales de un comercio en alquiler de la calle Correos. Claudio Aldaz Casanova, a la carga con ‘Consume Esto’, ha dejado allí tres carteles con el (a)salto de la valla de Melilla y una consigna: ‘No tenemos sueños baratos’. La lujuria flanquea la entrada de T20. El hacedor, Rodrigo Fonseca para Miderrota, crea el lema ‘Fuck art, let’s Fuck’. No digo más. Ya en la sala, Pepo Salazar (seleccionado para representar a España en la Bienal de Venecia) menta la avaricia: no hay objeto o frase que se escape a su reinterpretación. Soberbia destila la carrera de Abdul Vas, quien ha triunfado pintando pollos, pollas y artículos referentes del grupo AC/DC. Pereza y destreza en Victor Jaenada, quien con economía de medios logra grandes resultados en su ‘método subestimable’ de trabajo sin fin. Alejandro de la Guerra destapa otra vez la ira con la (re)interpretación que sobre las imágenes políticas se puede hacer desde la lejanía (o cercanía, que nunca se sabe) proporcionada por el estadio arte. Joan Morey explora la envidia o celos bajo su teatralidad sadomasoquista: una puesta en escena donde se conjugan arte y moda sublimados con la voz en off del filme ‘Nouvelle Vague’ de Godard. Finalmente, Jorge De Leon, pasto de las entrañas de un buey y la gula de lo imposible. Me explico: en el vídeo vemos cómo intenta penetrar en el animal muerto. Una pesadilla que hubiera firmado Rembrandt.
Mientras esto acontece, el artista más joven, Juan Sánchez, en la Plaza del Cardenal Belluga, planea una acción. Fregará tranquilo una de sus delimitadas formas autónomas. Volvamos a empezar, limpiemos las marcas del pasado, hagamos como Walter Benjamin quien, al ver el Angelus Novus de Paul Klee, descubrió que lo que llamamos progreso (futuro) es esta pequeña tempestad que sucede en un cubo de agua.
Por alguna razón, dándole vueltas a Haz lo que no debes, acabo una y otra vez en el Futuro. Ese Futuro que llenó buena parte del imaginario del siglo XX hasta aquel icónico “No Future!” en el God Save The Queen de los Sex Pistols. Era 1977, era un grito de rabia generacional y de clase, era la expresión joven y cruda de un país que caminaba hacia el desagüe y cayó en manos del más descarnado neo-liberalismo (Margaret Thatcher y su alumno Tony Blair).
Casi cuarenta años más tarde vivimos, hoy más que entonces, esa perspectiva sin horizonte. Solo que no la gritan un@s casi adolescentes cripto-situacionistas y con los dientes sucios, sino unos señores (porque casi siempre son señores) que visten corbata, peinan brillantina y prefieren no gritar en público, aunque lo hagan en privado.
El tipo de capitalismo que vivimos no contempla un futuro porque ha renunciado a sus propios principios. Las bases morales del capitalismo eran la Libertad del individuo, la asunción del Riesgo y la idea de Progreso. Dado que el capitalismo financiero no asume riesgos, sino que socializa hasta sus errores y que la misma idea de Libertad individual se cuestiona de mil maneras, apenas quedaba la idea de Progreso. Pero se nos cuenta que, siguiendo a Fukuyama (¡tan 80’s!), ya no hay Futuro, que solo nos espera un eterno Presente. Pero ¡ay!, sin Futuro no hay Progreso -¿hacia dónde progresar?- y así desaparece también la última piedra angular que sostenía al sistema.
La pregunta sería entonces ¿hay que recuperar el Futuro? Porque, ya está dicho, esa idea de futuro viene contaminada de origen. Era el Futuro imaginado por los ideólogos de la burguesía ya desde el principio de la Ilustración. Era el futuro del dinamismo capitalista, de su intrínseca necesidad de expansión, también en forma imperialista/colonialista. Un futuro basado en el productivismo, incapaz de planificar prácticamente nada excepto movimientos tácticos a corto, a veces medio plazo. Un futuro pintado en colores pastel donde todo el mundo sería cada vez más próspero y feliz. Ya sabemos que esto no es así, que la transferencia de Progreso/ Futuro hacia países como China, India o Brasil tampoco se está realizando: la verdadera transferencia, si no de Futuro, sí de los medios que pueden generarlo, es de la multitud hacia la oligarquía.
De ahí la pregunta: ¿Hemos de recuperar aquel futuro o imaginar otro Futuro? Y aquí entramos, o regresamos a Haz lo que no debes. Hoy en día, Hacer lo que debes es Hacer lo que no debes dentro de un orden, del Orden. No sea que el Orden te integre en sí mismo o te destierre a las tinieblas del Caos exterior.
Antoni Muntadas lo describía bastante bien “Operamos en el terreno protegido de las artes”. Y eso, aparte de estar cada día más amenazado, tiene, como todo terreno, unos límites.
Este hecho tiene consecuencias sobre el Futuro que queremos imaginar. Porque es imposible imaginarlo cabalmente desde dentro y perfectamente inefectivo hacerlo desde fuera. Una disyuntiva que no es en lo absoluto nueva. De hecho tiene un pedigrí que remonta a todo tipo de mitos de las vanguardias más visionarias. Y sigue lejos de estar resuelta.
Tal vez, el error venga de contemplar el mundo únicamente desde ese “terreno protegido” de las Artes Visuales (por muy Nuevas Prácticas que sean). Uno de los libros más interesantes sobre la resistencia intelectual eterna es sin duda Lipstick Traces, de Greil Marcus, nominalmente sobre música. Delirios incluidos, Marcus estudia el punk y el post-punk en una genealogía que llega casi a los Illuminati y pasa por Dada o el Situacionismo. Un linaje muy desesperado y marginal hasta, precisamente, llegar al Punk. El Punk, sus grupos, sus grafistas, sus estilistas, sus fotógrafos y sus escritores lograron triunfar, sobre todo mediáticamente. Una llamarada. El punk murió en apenas dos años y algo. Lo que tardaron las tiendas de Carnaby Street en cambiar caftanes por cazadoras de cuero con Cruces de Hierro. Lo normal y deseable. El agua clara, no nos hagamos ilusiones.
Pero el Punk no solo había traído un glam rock anfetaminado, nueva moda, mucho postureo y una provocación básica. Bajo esta superficie tan asimilable y asimilada, los tiempos del punk dejaron una carga de profundidad de enorme potencia. La idea de la independencia, de aquel Do It Yourself ensayado ya por los hippies y deformado en hip-capital. Incluso hasta nuestra era digital. De Rolling Stone o Tower Records hasta Facebook o Apple hay una tradición de capitalismo independiente y de apariencia más o menos maja. Un clásico en el que no hay mucho donde rascar, mismo perro y collar parecido.
Lo interesante es lo que comenzó a producirse luego, utilizando una estrategia heredada de la guerra del Vietnam, las “unidades pequeñas, móviles e inteligentes”. Esta unidades que, a diferencia de los comandos, no operan en suelo extraño ni enemigo, sino en terreno propio y conocido, han ido logrando que aceptemos como natural la existencia de sellos de discos que se entienden como una forma de vida y no de enriquecimiento, de grupos que se plantean su carrera como una profesión interesante y no como un viaje supersónico al estrellato, de promotores que sobreviven con dignidad sin pretender congregar a cientos de miles sino a unos cientos…
En realidad, en este y en otros capítulos, el mundo de lo que amplísimamente llamamos hoy pop ha desarrollado ya discursos teóricos, aunque no necesariamente académicos, para su negociación de las nuevas realidades tecnológico-comunicativas, que otras artes, con pocas excepciones como la Poesía, no han desarrollado de la misma manera.
Tanto el apropiacionismo post-moderno como la détournement situacionista han sido integrados en el pop desde sus formas más oportunistas hasta la experimentación más radical. Se ha investigado sobre lo retromaníaco de nuestro tiempo, de nuevo más en clave sociológica que puramente filosófica y un libro como Retromanía de Simon Reynolds se ha vendido mucho y al mismo tiempo resulta imprescindible en cualquier biblioteca de Estudios Culturales que se precie.
La carga de profundidad arrojada por el Punk para las generaciones posteriores sigue operando. Y de manera mucho más efectiva que otros ismos anteriores, de cuyo malditismo, a veces electivo se han tomado cantidad de datos para evitar antiguos errores. Sobre todo esa desconfianza y ese abierto y llano desprecio hacia el púbico que viene de Adorno para acá y que solo fueron corregidos en gran estilo con la postura de John Cage, quien tuvo el detalle de reintroducir al espectador/oyente como el sujeto principal de las Artes.
Porque esas, las personas, son las grietas en el sistema que puede y debe aprovechar el Viejo Topo de Shakespeare, Hegel, Marx, Lenin… La grieta es la misma gente y es esa gente la que legitima la música, lo mismo a Beyoncé que a Alva Noto, aunque habiten terrenos formales, mediáticos y conceptuales muy diferentes.
En música está muy claro desde hace tiempo que no es posible ni deseable mantener la ficción del trabajo fuera del sistema. Lo que se ha hecho es valorar mucho más finamente cómo funciona el sistema, cuáles son sus zonas menos controladas, como establecer redes DE personas EN instituciones, como aprender a colaborar y converger o de como operar entre lo institucional, lo comercial y lo subterráneo. No renunciando al enfrentamiento directo o la exigencia intelectual, pero tampoco llevándolos por bandera. De nuevo, aunque se hable con el Poder y con sus dispositivos como cárceles, hospitales o museos, el interlocutor real son las personas. Siguiendo a Max Neuhaus (uno de los primeros artistas sonoros, por otra parte): “El arte debe apelar a la sana curiosidad de las personas”.
Y así regresamos, para irnos ya deprisa a Lo que no debe hacerse. Algo que será un triunfo si logra excitar esa curiosidad en algunas personas. Si son muchas mejor, no hay miedo a las multitudes. Y, una vez reunidos por esa curiosidad, ser capaces de establecer un diálogo. Porque no se trata de ser unos malditos mosqueados con el mundo ni unos simpáticos donde el chiste se agota en la ocurrencia. Se trata de estar dentro y fuera, en la galería (o museo) y en la calle, atraer a las personas o ir a buscarlas. Ocupar cada vez más espacios.
Las torres de marfil y porfido, donde las culturas blanca y roja se han refugiado tanto tiempo igual siguen en pie. Pero son inanes, aisladas en la torrentera de los acontecimientos y las voluntades. Es ahí, en ese movimiento irrefrenable del torrente que libera zonas antes prohibidas, donde las Artes podrán encontrar un Futuro. No del todo nuevo, siempre hay adherencias de lo antiguo, pero sí impulsado junto a las personas. Sin ellas, ya se puede insultar o llorar, seguiremos en esta parálisis oligárquica que con aún nos permite habitar de cuando en cuando unas reservas cuyos límites, eso sí, procuran ir estrechando.
Según Tikkun, tras una larga y jaspeada disquisición sobre los dispositivos: “¿Seremos lo bastante fuertes y numerosos en la insurrección como para elaborar una rítmica que impida a los dispositivos reformarse, reabsorber lo advenido? … … … ¿Sabremos acordar nuestros actos con el pulso de la potencia, con la fluidez de los fenómenos? En cierto sentido, la cuestión revolucionaria será en adelante una cuestión musical”.
«El viejo sonido era alcohólico. Al final, se había roto la tradición. La música es sexo, drogas y felicidad. Y la felicidad es el chiste que la música comprende mejor. Discos con sonidos ultrasónicos que causan lobotomías frontales. No tengáis miedo. Mejor que toméis drogas y aprendáis a amar el PLÁSTICO. Toda clase de plástico; flexible, rígido, de color, que no se pega» LOU REED .
The Velvet Underground, Sex Pistols, Talking Heads…, en una década la historia de la música tomó un rumbo que en adelante no abandonaría. La melancolía y la ensoñación de una utopía se transformó, se dio un paso más: la tranquilidad, el contenido de las letras se desplazó hacia los altavoces, los gritos y la rabia, demasiado contenida hasta ese momento. Incluso The Beatles cambió su música en The White Album (1968): las imágenes felices de la comunidad hippie se transformaron en referencias a las drogas, el LSD y los delirios trascendentalistas, por no mencionar el uso que le dio al disco Charles Manson en su matanza .
De manera inconsciente, e incluso improvisada, toda una corriente de grupos se dirigían hacia un mismo punto: «muchas personas -fans de Chuck Berry, los Beatles, James Taylor, la Velvet Underground, Led Zeppelin, los Who, Rod Stewart o los Rolling Stones- no creían que eso fuese música en absoluto, ni siquiera rock’n’roll; un reducido grupo consideraba que se trataba de lo más excitante que había oído jamás. «Fue el primer sabor de rock’n’roIl realmente excitante que probé», dijo en 1986 Paul Westerberg, de los Replacements: diez años después todavía era una historia que valía la pena contar. «Los Sex Pistols me hicieron sentir como si los conociera, daban la impresión de que no estaban por encima de ti. Era obvio que no sabían lo que estaban haciendo y que tampoco les importaba (…) Dijeron: “No necesitas saber nada. Simplemente toca.”» Y lo que Westerberg dijo lo dijeron otras muchas personas al describir lo que entonces se les permitía tocar y lo que se les permitía escuchar» .
La destrucción y la euforia lo inundó todo, «música punk autista, / hilos de baba. // Guitarrazos. Guitarrazos» , «para cuando Nancy Spungen fue apuñalada hasta morir, los Sex Pistols habían sido la chispa que provocó el surgimiento de nuevos grupos por todo el mundo, y un buen número de ellos estaba haciendo cosas que nadie había hecho hasta entonces en el rock’n’roll» . La rebeldía influyó en toda una generación, los movimientos estudiantiles se sucedieron, nació, en definitiva, la contracultura. Todo estaba dominado por el exceso, como bien afirmó Sterling Morrison: «al principio nos iban los tranquilizantes, tomábamos torazina y barbitúricos. Los seconales y la torazina eran muy populares. Los conseguías de los médicos, siempre había alguien que tenía una receta. Era buen material, de farmacia, fiable. Solían dar torazina a los psicóticos peligrosos. Te subyuga. Te pone en un estado catatónico, ja, ja, ja. Yo me la tragaba con alcohol y a la mañana siguiente miraba a ver si todavía estaba vivo» .
Las bandas musicales irrumpían en el ambiente pero acababan separándose al poco tiempo, el exceso empezaba a cobrarse sus víctimas, la represión crecía: el capitalismo supo ver muy bien su momento, ya que «los publicistas acabaron escogiendo la contracultura como símbolo del consumismo moderno porque en parte creían -en contra de la opinión de teóricos de la contracultura como Roszak y Reich- que los jóvenes inconformistas eran buenos consumidores potenciales» . El movimiento punk siguió, las olas fueron retomando el envite original, pero la rebeldía se acabó diluyendo en sucesivas manifestaciones anestesiadas: «punk: «sobreviviré matando al cerdo capitalista». Punk de segunda generación: «sobreviviré llevándome por delante a las corporaciones en el templo del indie». Punk de tercera generación: «sobreviviré matando a las corporaciones después de haberme tomado un frappuccino en Starbucks»» .
No es una casualidad que muchos grupos musicales, pero también numerosos escritores, hayan vuelto la cabeza hacia atrás rememorando la década de los sesenta y setenta como algo irrepetible. En 1973 Don DeLillo ya refleja la dinámica de su época: «nuestra música reciente, despojada de los gritos de la gente, carecía prácticamente de significado, y no nos habría quedado más opción que dejar de tocar. Habría sido una broma de lo más profunda. Una lección de alguna cosa u otra» , y es que Bucky Wunderlick, el protagonista de la novela, «quería existir igual que existe la música, en ninguna parte, más allá de los mapas del lenguaje» .
Pero todos los escritores que vivieron aquel ambiente lo rememoran con una capa añadida de polvo, ceniza y pérdida. Manuel Vilas lo ve desde el odio y la rabia: «corre el año de 1979. Unos chicos están escuchando el último disco de Lou Reed en un garito (…) Ya nadie se acuerda de ese año. Es pura basura. Mira a ver lo que dice la enciclopedia británica sobre 1979. Vete a una hemeroteca. Cómprate un libro de historia. Yo qué sé, ese año ya no existe» . Mientras que Miguel Serrano evoca la fuerza que tenía la juventud en aquella época: «a medida que se hacía de noche sentí una especie de rumor que me llamaba, el rumor de la gente de mi edad dirigiéndose hacia las zonas de marcha como un ejército dispuesto a asaltarlo todo y no dejar nada para después» ; y Javier Gutiérrez, que articula su novela en torno a discos y canciones del pasado, afirma con amargura: «dudas, no estás seguro, la música, titubeas, cómo vivíamos la música, creo, vivíamos al límite, sin normas, la música era una forma de vida, no paraban de salir grupos, era como una avalancha de buena música y ahora todo es un asco, los grupos de ahora apestan (…) El alcohol, las drogas han cubierto tus recuerdos de un halo de esplendor, de un barniz de euforia, y ahora todo parece desgastado, marchito, la realidad se espesa a tu alrededor incolora, supones que la realidad es la misma de entonces, que eres tú el que ha perdido la ilusión, el que ha quedado atrapado» .
Muchos vieron, en definitiva, que había demasiado que perder. Pero los artistas no olvidan: si la literatura permite rememorar y reflexionar, el arte da paso a la acción y la sensación directa. No lo parece, pero esta última década es fundamental, la tensión está alcanzando su límite, la reflexión se ha visto excedida, cada día se va postergando un cambio que terminará por estallar el día menos esperado. Ahora más que nunca hay que prestar atención a los nuevos acontecimientos sociales, pero también a las nuevas manifestaciones y artistas, pues mostrarán nuevas perspectivas e imposturas, desde el deslizamiento de significado, lo anormal y lo subcultural.
Los micrófonos amplifican la voz, los cantantes gritan hasta la extenuación, los altavoces reproducen todo el sonido y lo llevan hasta el público y su furia. Las tecnologías ayudan en el proceso, pero en la obra de Pepo Salazar los discursos se apagan, hace su aparición lo negativo: las utopías no realizadas, los proyectos dejados a medio. Su trayectoria parte desde el constructivismo ruso con autores como Lázló Moholy-Nagy, Alexander Rodchenko o Alexander Calder (influido por este estilo ya en Estados Unidos) para construir instalaciones con sonidos, mensajes sociales, etc., que tienen como objetivo llamar a la revolución para evitar la decadencia intelectual. Además, también ha trabajado con los desechos que la Historia va dejando tras de sí: un balón, una bandera comunista… What rests from a total (2007) muestra que, si bien cada moda o ideario tiene su momento de esplendor, ¿qué pasa cuando acaba? La respuesta es sencilla: va a la basura (hay que consumir cosas nuevas).
El contexto no es libre, todo está condicionado: no paramos de repetir las presiones que la sociedad nos va imponiendo, los instrumentos penden pero no suenan. En Love your neighbour (2012) el artista toma las líneas de tensión de los dibujos de Rodchenko y las transforma en símbolos que recuerdan la comunidad hippie. Pero no hay comunicación, ¿hay posibilidad de salvación? Muchos de los proyectos sociales han entrado en declive, por eso una de las obras se titula When Cut Across The Neck A Sound Like Willing Winter Wind Is Heard (They Say) (2012), tomada de la película Shogun Assassin (1980): las cabezas cortadas, la violencia, la sangre y los restos de las cabelleras aparecen por todos lados evidenciando las potencialidades de la cultura, de las mal llamadas obras de la “baja cultura”, como análisis social. Sus obras, en definitiva, mezclan la alta y baja cultura, puesto que «la negación modernista -que es la manifestación del modernismo en sus momentos más vigorosos- procede de una confusión productiva dentro de la jerarquía formal del prestigio cultural. Los artistas avanzados repetidamente hacen ecuaciones perturbadoras entre lo alto y lo bajo, que dislocan los términos aparentemente fijados de esta jerarquía en configuraciones nuevas y persuasivas» .
En la actualidad casi todos los objetos que se anuncian, que más tarde compramos, llevan incorporados una lectura de segundo grado. Tras el envoltorio, la presentación que hace del objeto algo comprable, subyace siempre una verdad intransferible, un deslizamiento oscuro que invalida al objeto. Compramos sin parar, pero al final lo que obtenemos es el demoledor sentimiento de insatisfacción, los objetos devienen, como propuso Lacan, en lathouses: «objetos en cuya tenencia hemos proyectado una necesidad de identificación que no puede ser colmada, de tal modo que al poseerlos no hacemos sino prolongar la ansiedad de la falta» . Si en Yo soy un Vampiro y ella es un lobo (2011) Jaeneda reflexiona sobre la mercancía, la sustracción y la supervivencia del sujeto capitalista, en Los cocos son como mis cojones, peludos gordos y marrones (2013) incorpora una lectura directa, sin decoros ni ambages, entre dos objetos normalmente separados. Confirmando, entonces, que «cuando el arte de hogaño «se resiste» a adoptar los modos y estilos de los media como «modales adultos convencionalmente adoptados», esa resistencia «inmadura» -¡que no, que no me como la sopa mediática!- deviene creación original. Este traslado implica a su vez reinterpretar algunos estilos y modos que suelen ser percibidos como «poco serios». El lugar natural de esa resistencia son las estéticas informales, las que suelen ser relacionadas con el punk. Un ejemplo muy claro, comentado en otro artículo al efecto, es el estilo caricaturesco en el dibujo» .
Precisamente, Joan Morey propone en sus proyectos lecturas de segundo grado: la Historia nos ha dado a entender que los sucesos son lineales, y que de éstos se desprende siempre una evolución hacia delante, ¿pero es así realmente? Sus obras se confrontan con el espectador al explorar la identidad del sujeto en relación a los objetos, o componentes, que lo personalizan o hacen de él algo “único”, llegando incluso hasta el sadomasoquismo y el fetichismo con la dialéctica amo/esclavo. En NUEVA OLA o Desencet [A Time to Love and A Time To Die] (2004), el artista recupera el concepto de nueva ola a través de dos referentes separados en el tiempo: la banda sonora del filme Nouvelle Vague de Godard, que dará lugar a toda una corriente en la década de 1950, y la estética transgresora y siniestra de la New Wave musical de los 70. Si el cine pierde con esa corriente las estructuras tradicionales y el sentido progresivo de las historias a favor de la potencia crítica, la nueva ola inglesa recupera las características principales del punk para mostrar nuevas formas de rebeldía y de resistencia ante lo tradicional. De modo que es entonces el sujeto quien tiene que explorar esos dos referentes para poder interpretar, y más tarde reflexionar, sobre la película, sobre la aparente ausencia de sentido y la perversión que, más tarde, adquirirá un nuevo sentido.
Por eso, frente a la temporalidad elaborada por los medios de comunicación, el artista antepone otros modos de experimentar el flujo, «porque el TiempoTM ya nos llega elaborado y mezclado de fábrica; decir que samplear no es original sería tanto como decir que los ciudadanos no tienen derecho a usar las mismas armas que los vigilantes. Si ese tiempo es, como sugiere Diedrichsen, una canción -siempre la misma-, entonces el ciudadano como Homo Sampler es quien se ha vuelto consciente de esas manipulaciones y responde a ellas con la baja tecnología del arte y las prácticas de contestación» . Aldaz recompone los fragmentos del espejo destruidos por los media para así evidenciar mediante el sampleo, la cita de obras precedentes, que las obras del pasado siguen vigentes y que su recuperación, entre otras muchas cosas, activa la memoria y nos hace ver que el cambio aún es posible, que hay muchos aspectos sobre los que reflexionar todavía.
La música, desde su origen, siempre ha funcionado en torno a dos ejes: el autor y el crítico. El músico es legitimado, denostado o puesto como símbolo de una época en función de su carácter innovador/tradicional. Pero, ¿y el público? La democratización de la cultura (si tal cosa existe de verdad) llegó en el siglo XX con el desarrollo final de los medios de reproducción técnicos, pero no ha sido hasta la última década cuando realmente el público masivo ha tenido un peso mayor: publicaciones independientes, aportaciones en crowfunding, análisis musicales lejanos de lo académico, etc. Y es en este punto, en la expresión del seguidor, donde la obra de Abdul Vas cobra toda su fuerza artística.
Ferviente seguidor del grupo australiano de rock AC/DC, Vas refleja dos procesos en tensión: por un lado, aspectos personales, reflejos de sus pasiones y obsesiones, su contexto y todo el ambiente que le ha influido hasta ahora y, por otro, «su manera de controlar el caos -o al menos de pulsar el botón de pausa lo suficiente para analizarlo» . No hay que olvidar que el artista, si bien puede tomar una porción de la realidad de manera directa, siempre refleja su manera de entender el universo, la vida. De este modo, criado desde pequeño en un ambiente rural, reconoce: «yo veo el pollo, pero luego me imagino que al pollo le gustan los camiones, vive en Texas, le gusta AC/DC. Incorporo lo que a mí me gusta a ese personaje que luego va mutando» . Los iconos, las estrellas se deshumanizan y se deforman, por lo que queda subrayada su animalidad. No obstante, la transformación no se traduce en violencia, el resultado evidencia, más bien, una escucha atenta y directa, a la vez que puramente emocional, del grupo: el ruido, las letras, la denuncia y la sucesión ininterrumpida de sentimientos en cada concierto, del que siempre se desprende una historia concreta, «mis pinturas son como narrativas en el dibujo. Como una fábula» .
En Sudamérica, como se puede ver en los dos artistas siguientes, las obras son más directas, el cordón de seguridad, la distancia, no existe. No importa si debes o no, si lo haces, tienes que hacerlo bien. Las estatuas se derrumban, los ciudadanos mueren por su revolución, pero los hechos sólo suceden una vez. En un período de aparente normalidad, de una cierta falta de acción, Alejandro de la Guerra realiza en La caída (2014) una segunda acción, entre lo real y lo ficticio, del derribo de la estatua ecuestre de Somoza García en 1979: «la caída es una cita hacia la historia sobre la negación del símbolo de poder. Quería vivir esa experiencia de derrocar un poder, o ser parte de la misma historia, utilicé el arte para situarme en otro tiempo-lugar en donde recreé nuevas experiencias tanto para mí, y las personas que lo experimentaron entre la alucinación y la memoria» .
Si esta obra refleja el sujeto como detonante político, otras obras como Máscara del Ché sobre Martì (2013) y Máscara contemporánea (2014) aluden a la falsedad de las acciones sociales. La primera constituye una acción simbólica con elementos de la cultura de masas, pero también de lo que entendemos por respetable, mientras que la segunda plasma la antivisón, la ceguera del sujeto ante la verdad y la posibilidad de hacer justicia, a la vez que uno de los temas centrales de la sociedad: el riesgo de pandemia, de extensión de las enfermedades. Cuando la salud se ve amenazada el sujeto se encierra, se obsesiona, no ayuda a sus iguales. Aún más, si tenemos en cuenta estas dos obras al ver la irreverente postura de Culo-Podio (2014) aparece otro significado más: el goce y la muerte, Eros y Tánatos, tema fundamental de Georges Bataille, pues no hay placer sin dolor: «la serie más destacable es la que se asocia con el propio ojo, el cual se encadena con imágenes de huevos, de testículos y del sol. Una segunda cadena se compone de los líquidos que se asocian a esos objetos (lágrimas, yemas, esperma) y de otros como la orina, la sangre y la leche» . Por tanto, el sol como portador de la ceguera. La iluminación no es posible, pues lo bajo, lo abyecto, siempre retorna.
Jorge de León sufre un contexto duro en el que nuestras quejas, muchas veces superficiales, se quedan sustancialmente cortas. La violencia, la lucha por la supervivencia y la frustración social hacen de él un artista que, como otros muchos en esta exposición, cargan con un mundo propio, único. Así lo describe con exacta precisión Maurice Echevarría: «el Lazarillo es por definición algo individual: un solitario. Entonces, por alguna razón, siempre está fuera de contexto, sin definición social exacta. Aprende como puede. Ha recibido enseñanzas de otras personas, pero para lo fundamental siempre fue él mismo su propio maestro, su propio mentor. Es producto de azar y la fortuna. Viene de abajo y siempre tiene sed y siempre lleva hambre: un apetito que lo lleva a recorrer enormes distancias, lo convierte en una especie de fugitivo. El psicodrama del Lazarillo es que está siempre en fuga: pero en fuga a ninguna parte» .
No es la violencia por la violencia pues, como se puede ver en el vídeo que presenta para esta muestra, hay una sensación de sublimidad, de superación. Dicho de otra manera, una serena destrucción, un avance imparable hacia lo inevitable: muerte y desolación, vida y amor. El ritual comienza, la lluvia se oye de fondo, Jorge de León se adentra en un buey desollado. Sin vacilar, las tripas suenan y la piel va cediendo: el mal se extiende por todos lados. Nunca hay suficiente dolor. Animal y ser humano, ¿hay alguna diferencia? ¿Cuál de los dos puede alcanzar mayor grado de brutalidad? La crítica de cine ha repetido infinitas veces el descenso hacia los infiernos de los protagonistas, pero qué va, el infierno es real, está entre nosotros (y hemos ayudado en su construcción). Sin embargo, siempre hay un límite: el artista termina por salir abrumado, sublimado, hueco de palabras. ¿Para qué decir más?
Por otra parte, el colectivo Miderrota interviene en el espacio empapelando la fachada de la Galería T20 con imágenes tangentes a lo erótico y lo pornográfico. Como las performance de RadioCobra SuperSound, en las que afloran canciones olvidadas como Te estoy amando locamenti o Sandokan, la obra saca a la luz una línea omitida que tuvo cierto éxito pero que, por pudor, se prohibió socialmente. Canciones anticuadas, rituales de apareamiento: ¿no son las discotecas los lugares en dónde el individuo se juega la sexualidad y el éxito emocional? El arte es una manera de «vomitar todo lo que llevamos dentro, una forma de liberarnos, porque nosotros somos los derrotados» .
Si es la vida la que nos oprime, subyuga o aprisiona ¿de verdad el arte nos va a servir para algo? Fuck art, Let’s Fuck dice Miderrota, no vayas a las inauguraciones solamente por estar, la vida va de otra cosa, de una pulsión más primitiva: «así como los fans respetables se reconocen en el concierto, los friquis se identifican -tierra trágame- en la privacidad de la casa. Un solo Playboy no es escoria, es un simple tratado de anatomía neumática: es la constancia y la disciplina lo que crea una verdadera summa trash» . La convención queda destruida, el impulso se desvela. El autor se desnuda, pero es el público el que tiene la oportunidad de reclamar algo, opinar o simplemente airear el gesto, rechazar esa “pretendida” banalidad para afirmar su elegancia.
Pero no se trata sólo de evitar asumir algo, de mentir por definición para mantener una pretendida dignidad: en muchas ocasiones no queremos ver lo que sucede, apartamos la vista: somos unos impostores. Claudio Aldaz lo sabe, ya lleva bastantes años mostrando en sus obras la caducidad de las tecnologías con dispositivos antiguos, televisiones amontonadas, muebles todavía envueltos, anuncios anacrónicos, etc., que señalan que no reaprovechamos, que tiramos y compramos sin parar. Nos queremos deshacer de los objetos pero la dinámica sigue siendo la misma, compramos para soñar una comunidad, compramos porque nos hacen creer que contribuimos al medioambiente, compramos… ¿para qué? ¿Por qué? Los medios de comunicación nos anestesian y nos imponen una doctrina de conducta que no admite exclusiones. Por eso Claudio comenta que «podemos jugar con la tele, ser receptores activos y no quedarnos fritos aguantando todo lo que nos echen. Tanto abuso de imágenes y de publicidad es satánico» .
Las obras que presenta para esta exposición, agrupadas como las anteriores en la plataforma ConsumeESTO, buscan la participación del espectador. Para ello, Aldaz interviene las ventanas de la antigua oficina de correos, sin actividad desde el controvertido Manifesta 8, con imágenes tomadas de los noticiarios. Reproducciones que retoman el viejo tema de la frontera: el sistema de control de las fortificaciones medievales parece lejano y obsoleto, pero la celebración del veinticinco aniversario de la caída del muro de Berlín hizo resurgir una pregunta: ¿no quedan todavía muchos muros por derribar? ¿No es uno de ellos la valla de Melilla? Los inmigrantes buscan desesperadamente atravesar la frontera en pos de un futuro mejor. Los mensajes que los acompañan son sencillos: no tenemos sueños baratos, nada es cierto [salvo alguna cosa], pues «para presentar una obra sustancial en una era superficial, el artista consciente de las condiciones de su tiempo se ve obligado a usar envoltorios ligeros para presentar contenidos profundos» .
En todo caso, ¿no somos nosotros los que tenemos sueños caros? Orgullosos de ser modernos y progresistas, ¿no hemos conservado siempre una distinción? Los ricos, que se pueden permitir todo tipo de caprichos, y los pobres, que hacen cualquier cosa por su propia supervivencia. Ellos, que aparecen en baja definición como si estuvieran lejanos o fueran producto de otro tiempo, conforman nuestra actualidad. Sus acciones se acaban criminalizando, se censuran, se critican y se responden con brutal violencia. En vez de ayudar, o buscar soluciones, todo al final se traduce en represión, dolor y manipulación . Una columna nunca se apoya en el vacío, siempre hay una posición más ornamentada y algo puramente funcional, un elemento que nadie mira, que siempre está situado para recibir el golpe: «somos vampiros que gozamos con la sangre y sólo nos parece que nuestra existencia tiene sentido cuando advertimos que el otro es una puta mierda y que se hace trizas cada dos por tres. La pantalla nos mantiene a salvo. Y a veces fingimos que nos conmovemos. Pero no nos conmovemos una mierda» . Resumiendo su propuesta en una frase: «no hay documento de cultura que no lo sea al tiempo de barbarie» .
Atención especial merece la obra de Juan Sánchez, joven promesa artística, que presenta para esta exposición una intervención urbana encuadrada dentro de la serie Limpieza parcial de un espacio público (2014). En ésta, utilizando nada más que agua y útiles de limpieza, Juan vuelve de manera obsesiva hacia uno de los temas que están presentes en todas sus obras: la forma autónoma, en la que «experimento cómo un elemento mínimo puede causar una experiencia máxima, y vivo directamente el desequilibrio creado por una forma que ordena perfectamente una geometría dentro de sí, y que produce un desorden inmenso dentro de mí» .
La acción, que parece simple, adquiere todo su sentido cuando se van produciendo los deslizamientos: las personas se paran, otras se quedan extrañadas e incluso la policía pregunta qué está pasando. Pero esa, en todo caso, debería ser la pregunta a plantear en este preciso momento. ¿Por qué esas reacciones? ¿No es esta acción la cumbre de la ausencia del utilitarismo, del bien común? Más bien, la intervención se interpreta como una verdadera locura, y es que, como señala Nichola Chiaramonte, «por lo que atañe al mundo actual, la locura ha sido suprimida por razones dogmáticas: en nuestro mundo sólo tiene voz la racionalidad más estricta, por lo que el absurdo irrumpe en él por todos lados» .
La normalización, igualación o ausencia de diferenciación alude también a otro significado: la falsa libertad. Según Byung-Chul Han actualmente hemos pasado de la sociedad disciplinaria foucaultiana, basada en la prohibición y los límites físicos, a la sociedad del rendimiento, apoyada en la libertad sin límites. De este modo, la palabra fundamental es poder, llegar a hacer el máximo de cosas posibles. No hay tiempo para la negatividad, para lo extraño, todo se pasa por un mismo filtro. Más allá, todo el peso se sitúa en el sujeto, amo y esclavo de sí mismo, que debe ir siguiendo un camino ya prefabricado para él, pues «en el marco de la positivización general del mundo, tanto el ser humano como la sociedad se transforman en una máquina de rendimiento autista» , esto es, un Atlas moderno.
Finalmente, «para saber hay que tomar posición, lo cual supone moverse y asumir constantemente la responsabilidad de tal movimiento» , comprometerse con los objetivos, evitar los meros airamientos, hacer algo productivo porque, lo creas o no, esta vez tenemos demasiado que ganar:
Espectador culto y refinado, experto conocedor de todos / los entresijos que subyacen en los anuncios televisivos. / Las imágenes no paran de salir y tú las vas confirmando, / las vas cifrando y dices al final: «no me engañan, yo sé la verdad». / Cerveza. Aburrimiento. Palomitas. Alienación. Indiferencia. / El único emperador es el emperador de las mercancías. // Escucha, ¿vas a llamar a alguien? ¿Vas a confirmar todas esas / sospechas que te rodean? ¿O te vas a encerrar en tu habitación? / [Típico] Te da miedo salir afuera. Los muros de tu casa / ofrecen una vida más duradera, pero son finitos. / [Así no vas a conseguir nada]. // Dibujos animados. Violencia. Comedias. Pobreza. / El único emperador es el emperador de las mercancías. // Las palabras se están despilfarrando y no estoy seguro / de haber hecho lo que debía. ¿Está claro? / [No] Tantos conocimientos para nada. El cuerpo / ya no sabe qué hacer si no se lo ordena alguien. / [La convención social]. // Mírate a ver, no debiste haber dejado pasar / tantas oportunidades, tantos posibles cambios / [Direccionales] Ellos ya lo han hecho, lo han expresado / alto y claro, atreviéndose a hacer lo que no debían. // ¿Y tú?
Gnomo de Barcelona | Fotocopia y bolígrafo sobre muro | Variables 100 cm. x 100 cm. aprox. | 2012 * I’ts not the right time to be a pain in the ass to an artist in Barcelona Gnome from Barcelona | Photocopy and pen on wall | Variable 39’4” x 39’4” approx. | 2012
(esp) Carta por Maria:
ME GUSTA michael JACKSON por que ES GUAPO ME ENCANTA BUF, NO SE ES TAN ANORMAL, TAN RARO. ME DA MORBO, A PARTE DE ESO ES RARO, TAN FEMENINO, CON ESA VOZ TAN DELICADA ESA SON RISA TAN CON ALTO ESTANDING K TIENE LA FORMA DE MOVERSE, ESE MECHON DE PELO KAIDO LA FORMA EN K MUEVE SU CUERPO EN KADA KNSIERTO Y SE LE CAE EL SUDEOR POR LA FRENTE KN KADA MOVIMIENTO DE CABESA K ACE NOSE. SE ME ACELERA EL CORAZON ME GUSTAN SUS CANCIONES KUANDO YA NO LE KEDA VOZ Y SE KEDA AFONIKO Y MIRA A SUS ADMIRADORES KN ESA KARA DE KANSANCIO Y ALA VES DE EXITACION Y SE RELAME LOS LAVIOS Y SE LE KITA LA PINTURA LABIAL ROJA SOBRETODO ME GUSTA CUANDO KAMINA PARA LOS LADOS Y VA MIVIENDO LA KABESA PARA LOS LADOS Y LOS OMBROS LOS MUEVE KOMO SI SE LOS DISLOCARA NO SE PARECE UNA MUJER FANTASMA ME ENKANTA SI ALGUNA VES SE ME DIERA LA OPORTUNIDA DE ESTAR KN EL NOSE LO K ARIA ME KEDARIA ELADA ME IMPACTARÍA SUS OJOS ME PENETRARIAN ME PENETRARIA SU MIRADA ME KNFORMARIA KN TANSOLO TOKAR LA YEMA DE SU DEDO KN SENTIR SU RESPIRACIONKN SENTIR SU CORAZÓN LATIR SOBRE EL MIO PASAR UNA NOCHE CON EL HACER EL AMOR TOKARLO LENTAMENTE KITARLE LA ROPA KITARLE LA PINTURA LABIAL KN LA LENGUA PASARLE LAS MANOS POR EL CUERPO NOSE TOKARLO EXPLORARLO SENTIRLO ALAGO TAN EXTRAÑO TOCARLE SUS PARTES Y VER COMO SE EXITA YOKE SEEEEEEEEEEEEEEEEEEMMA y k kiero tener un ijo suyo.
Diferentes trabajos sobre Michael Jackson | Different artworks about Michael Jackson.
(esp) Querido Michael,
Quiero agradecerte todo lo que has hecho por nosotros, pensaba que nunca te irías de mí lado, y ahora este dolor es porque no estas aquí. No te morirás nunca por que lo diste todo por mí. Ahora solo puedo continuar sobreviviendo escuchándote y tomándote como ejemplo. Siempre serás el eterno faraón que ilumino con su corona de oro a este mundo gris. En diamantes se convierten mis lágrimas cuando mis orejas oyen hablar de que una vez hubo un hombre como yo, capaz de meterse dentro de la gente y hacerla sentirse bien. Me enorgullece pensar y saber que eres como yo. Me animas con cada gesto, es por ti y por lo que has creado que el mundo entero te va a echar de menos. El misterio de la vida se revela claro como el agua, solo viendo tu rostro puro e inocente.
Gracias, gracias, gracias Michael por tú valor, por tú perseverancia y por tú regalo. Te quiero y te querré siempre.
Victor Jaenada.
(eng) Dear Michael,
I want to thank everything you have done for us, I thought you’d never leave from my side, and now this pain hurts because you’re not here. You will never die because you gave everything for me. Now I can only survive by listening to you and taking you as a model. You’ll always be the eternal pharaoh who enlighted with a golden crown this gray world. My tears become diamonds when my ears hear that there was once a man like me able to get inside people and make them feel good. I am proud to think and know that you like me. You encourage me with every gesture, it’s because of you and what you’ve created that the whole world will miss you. The mystery of life reveals itself clear as water, just by watching your pure and innocent face.
Thank you, thank you, thank you, Michael, for your value, your perseverance, and your gift. I love you and will love always you.
Victor Jaenada.
Mensaje a Michael | Sangre sobre papel | 20 cm. x 30 cm. (x2) | 2009
Message to Michael | Blood on paper | 7’8” x 11’8” (x2) | 2009
IMPORTANTE: Con motivo de las declaraciones homófobas realizadas por Yelena durante campeonatos del mundo de atletismo de Moscú 2013 he decidido (con todo el dolor en mi corazón) redireccionar mis poesías y cartas de amor a la Srta. Blanka Vlasic de Croacia. Hubo un dia en el que juntos fuimos grandes…
IMPORTANT: By reason of the homophobic statements made by Yelena during World Athletics Championships in Moscow 2013 I decided (with all my heart and pain) to redirect my poems and love letters to Ms. Blanka Vlasic from Croatia. Once upon a time we together were great…
(esp) Carta de amor a Yelena Isimbayeva Blanka Vlasic:
Es difícil expresar todo lo que siento, pero hay algo, una energía, una extraña fuerza que me empuja a exteriorizar mis sentimientos más sinceros:
Yelena Isimbayeva Blanka Vlasic eres morena por que le robas la luz al sol. Quiero decirte que desde que nos conocemos me siento especial y lleno de vida, como inmortal, que todo lo que hago durante el día, día tras día, lo hago por ti y gracias a ti, que no te cambiaría ni por una copa de Veterano y que cuando a veces me faltan las fuerzas, pienso en ti y siento como el amor me rellena por dentro y me da la fuerza de cien volcanes. Eres lo que me mantiene vivo.
También quiero decirte que no eres la única, que existe otra mujer que comparte contigo mí corazón, ella es tú amiga Anna Bessonova. Espero que el amor grandioso que nos tenemos nos ayude a romper todas las barreras que sean necesarias.
Solo quiero decirte que te quiero y que si algún día digo que ya no te quiero, será mentira por que te seguiré queriendo.
Tú siempre amante Victor Jaenada.
(eng) A love letter to Yelena Isimbayeva Blanka Vlasic:
It is hard to express everything I feel, but there is something, an energy, a strange force that pushes me to externalize my most sincere feelings:
Yelena Isimbayeva Blanka Vlasic you are brunette because you steal light from the sun. I want to tell you that since we first met I feel special and full of life, as immortal, that everything I do throughout the day, day after day, I do it for you and because of you, I would not trade you for a glass of Veterano and that when sometimes I’m missing strength, I think of you and I feel how the love is filling me from inside and it gives me the strength of a hundred volcanoes. You are what keeps me alive.
I also want to tell that you’re not the only one, that there is another woman who shares with you my heart, she is your friend Anna Bessonova. I hope that the great love we have will help us breaking all the necessary barriers.
I just want to say that I love you and if someday I say that I do not love you anymore, it will be a lie because I will still love.
Realización de una Instalación-Mural específica en una de las paredes de la Fundación. Se emplearán la pintura mural y el collage. No se trata de una pieza con un final concreto, si no de un proceso de trabajo abierto, imprevisible y experimental. La obra comenzará desde cero el día de la inauguración y se irá haciendo y deshaciendo durante un periodo de 53 días. Las jornadas en el mural serán de cinco horas en horario abierto al público, y simultáneamente se realizará un diario-catálogo de la experiencia. Probablemente se tocarán temas generales como el contexto cultural de Barcelona, junto a otros temas más concretos y personales como la figura del artista Antoni Tàpies o como mi propia familia.
(eng)
In this exhibition, a site-specific Mural-Installation will be realized on a wall in the Foundation. Mural painting and collage will be used. This piece does not have a concrete end; the process is open, unpredictable and experimental. The piece starts from scratch on inauguration day and will be made over the course of 53 days. It will be worked on 5 hours a day during business hours and a personal diary will be kept simultaneously. General topics, such as cultural context in Barcelona, will probably be touched on, as well as more concrete and personal topics such as the figure of Antoni Tàpies as an artist or my family.
Descubrimos en esta exposición una selección multidisciplinar de mi obra reciente. La muestra nos propone un itinerario, tanto físico como mental, por las salas de la galería, donde podremos ver pintura, instalaciones, videos o escuchar audio. La ironía es el tronco de la mayoría de las piezas de esta muestra, que además toca temas relacionados con el arte, con la vida de artista, o con la vida en general. Nos encontramos pues, en mi primera individual, frente a una particular y sorprendente exposición que esconde mucho más de lo que muestra, y que no es fácil de dejarse ver, pero que claramente, flota en este mar revuelto.
(eng)
In this exhibition, we discover a multidisciplinary selection of my recent work. The exhibition offers us an itinerary, both physical and mental, through the rooms of the gallery, where we can see paintings, installations, videos or listen to audio. Irony is the base of most pieces which also touch on subjects related to art, the life of an artist, or life in general. In my first solo show, we find ourselves in front of a unique and surprising exhibition which hides more that it reveals but that clearly floats in a troubled sea.
La primera vez que vi el trabajo del Victor fue en su web. Lo cierto es que no sé cual fue el camino que me llevó hasta ella. La recorrí entera, de arriba abajo. Hice una lectura bastante ágil de todo, por encima. Me detuve en algunas partes, sobretodo en los videos. No entendí nada. Ni el airecito html chungo que tenía, ni los plátanos caídos por el suelo. Nada de nada.
La primera vez que quedé con el Victor fue en Barcelona. Nos habíamos intercambiado algunos mensajes, pero no nos conocíamos en persona. Hasta entonces nuestra relación había pasado por varios mensajitos de Facebook. Quedamos en un bar, cerca del Paralelo, donde ponían las “sanmis” a 1 euro y tapas de panceta ibérica. No hablamos prácticamente de su trabajo, nuestra conversación se fue por otros derroteros (entre otros, la escasa permeabilidad del contexto catalán al mestizaje). Al final de la cita, no conseguía encontrar la relación entre el Victor y todas esas imágenes que recordaba como parte de su curro. Seguía sin entender nada, aunque aquel encuentro me hizo pensar mucho en el aspecto salvaje que guarda trabajar con cosas de arte.
La primera vez que defendí al Victor en público fue en un jurado. Ante el desafío de la convocatoria, se tomó la libertad de enviar una reinterpretación de las bases de la misma, junto a un video en el que su perro (Paco) determinaba -si se sentaba a sus órdenes- si le iban a dar el premio o no. Y como nadie entendía nada, más allá del chiste y la moza, empecé a entender que algo de mala hostia había en todo aquello, y que de un modo u otro, servía para algo. Empecé a comprender lo que era Victor en relación a su trabajo y lo profundamente convencido que estaba de lo que hacía, lo cual, es mucho decir de un curro.
Una de las primeras impresiones que tuve cuando leí el trabajo del Victor, es que podía tratarse del “típico” curro pretencioso que trata de ser raro porque sí, y que podía caer en la caricatura del artista torturado que se sabe torturado y lo vende empaquetado para que todos nos lo comamos con patatas. Pero no, nada más lejos de mis impresiones. El curro del Victor no tiene nada que ver con eso, porque el Victor no es el típico artista torturado. A mi el Victor me parece un tipo bastante normal, bastante equilibrado y bastante razonable, que, simplemente, está hasta las pelotas -punto que tenemos en común- de tener que negociar con ciertas formas de hacer, de maniobrar, de persuadir, para que su trabajo sea nombrado como “obra de arte”. Creo que el Victor no es que vaya de outsider, es que, simplemente no tiene que ir de nada, porque se la trae al pairo cualquier cosa que piensen los demás. Seguramente al principio no, claro. Los principios son duros. Uno quiere agradar, que le entiendan, estar y que lo extienda. Verse y que lo vean. Pero al cabo de un tiempo, cuando nadie se gira para verte, y lo que haces no encaja -porque no encaja- con los discursitos antiformalistas, anticonceptualistas y antimetodístas de la genealogía a la que te ha tocado pertenecer por contexto, entiendo que empieza a sudartelo todo bastante. Supongo. Menos mal.
Lo que pasa es que el concepto de outsider está muy mal gestionado. A menudo se dice que tal o cual artista es un “fuera de”, con la intención exactamente contraria, para convertirlo en “dentro de” sólo con sugerir que se le puede poner el focazo encima para que brille por encima de las estrellas. Domesticar al potro para que nos baile unas sardanas encima de una peana. Pero eso no es ser un “outsider”, eso es ser imbécil y dejarse convencer por la manada de lobos que espera, a las puertas del dossier bien hecho para colocar el San Benito, y convertir, lo que estaba lejos lejos lejos… en la última joya de la corona, de toque rápido y fácil asimilación.
Pues no, no. Creo que el Victor no es eso. El Victor es un superviviente que, habiendo querido estar, no está, y ya se ha dado cuenta de que basta, simplemente, con ponerse cachondo con Camarón, viendo correr por la banda a Sergio Ramos, con el disco original de Thriller en cassette o con los pósters de Cobain que nunca tuvo… con hacer desde ahí. De ese “darse cuenta”, surge la unión lasciva y formalmente incorrecta con que opera, y mediante la cual nos sentimos interrogados por todas esas referencias, colocadas sobre el aceite requemado de aquel bar del Paralelo donde ponen panceta ibérica. Videos latinos pixelados en Youtube que se mezclan con el desapego al territorio, la iconografía mediática -vamos a dejarlo en tensión sociopolítica- y el instinto como arma definitiva contra la desafección. Algo de eso es lo que surge de los muros del taller como espacio vital, como búnker insondable.
El Victor, ni tiene presencia ni la espera. Y si la consigue, que sería algo bueno para todos, espera conseguirla en una dosis tan alta y tan eficaz que le permita hacerse profundamente millonario. Lo cual, tiene toda la lógica del mundo y le convierte, de una manera absolutamente sincera, en un héroe de la no-escena. El auténtico héroe.
Para que nos vamos a engañar, el Victor tiene un curro cojunudo, super bien armado y muy cerca de todo eso que algunos llaman “pulsión”. Porque funciona por si solo, porque esa idea de tirarse piedras sobre su propio tejado, porque el fallo es estrategia. Lo que pasa es que no hace falta que yo me marque ningún tipo de discurso eficaz, bien diseñado, perfectamente argumentado y vacío -como la mayoría de los textos que solemos escribir o nos escriben- para acabar diciendo que sí, que me mola, que me mola todo. Que me pone. Que me pone mucho. Que no sé porqué me pone. Que no entiendo nada, pero que me pone todo. Colericamente me pone. Y que no hay que explicar nada, que ahí está. Punto.
El curro del Victor me enciende, me dispara ciertas señales que no se me disparan muy frecuentemente, aún cuando está en las antípodas de lo que se supone es la in/corrección formal en la que he sido formado y sobre la que sostiene todo ese peso bien armado y estructurado de mí genealogía artístico-parental. A lo mejor es precisamente por eso, que a mí un día me dijeron que no podía poner uñas, pelos, mierda, vómitos, fotos de mis padres, fotos de Britney, ni que nada que fuese profundamente corporal y literal en mi curro, y ahí va, el Victor, con dos cojones, y lo pone. Y eso a mi me causa un malestar, una interrogación, un extrañamiento, una incomodidad tan grande que, cuando veo que proviene de un ejercicio tan contundente de deseo, no puede más que convocarme a sentirme erizado. Vamos, que activa cierto punto estético-masoquista en mí, que agradezco profundamente.
Me gusta el curro del Victor, pero sobretodo me gusta el Victor, por toda la mala hostia con que hace las cosas y todo lo que le sirve para, cuando cierra la puerta de su taller, ser un tipo apaciguado y majetón. Pienso en lo contrario, en todas esas gentes de bien, de buen hacer y saber estar del arte que están tan arrinconados en sus doseles formales, en ese protocolo de lo que toca, en ese deslumbramiento fugaz del ultrafaro de la escena, que cuando cierran la puerta de su taller (si es que lo tienen), son las personas más asquerosas, más malas y más despiadadas del mundo.
Me mola el curro del Victor, porque el Victor es mi colega. Porque no puede ser de otro modo. Porque puede pillar a Lacan y soltarlo por su casa para que corra, y luego irse a ver un partido del Betis, sin sufrir ningún tipo de descalabro emocional en medio, porque en realidad, es todo lo mismo. Lacan y la afición del Betis, Camarón y la pulsión de muerte, la escultura megalítica y los videos con su Golden Retriever, la desasosegante falta de dispositivo y la rumba de los Chichos.
Me alegro de que vaya a hacer una expo como dios manda, donde pueda poner todas esas cosas hechas con tan mala hostia para que todo el mundo las vea. Y me alegro de que la llame “Lección #1” y se marque ese momento de mentor, al tiempo que -como el mismo dice- se reafirma en su postura. Me alegro porque hay mucha peña que tiene mucho que aprender de esta expo, de esta inexistencia, de la interrupción de las narrativas de la corrección, de la protección de la escena como trinchera y jaula. Me alegro porque por fin lo subestimable se torna estrategia y el autoboikot se mete dentro de una galería para ver si abre una brecha, tira una piedra y quema algo gordo.
La primera vez que el Victor me pidió un texto -esta vez sentí que no tenía que escribir más que un alegato a favor suyo y en contra de todas esas gilipolleces que tenemos que seguir viendo por ahí, simplemente, porque están bajo el amparo de lo establecido como correcto. A ver si la gente que pasa por la expo del Victor aprende algo y se da cuenta de que lo importante de nuestro oficio no es agradar al personal, es hacer lo que sea, como sea, para resolverse uno mismo en el mundo, y que lo demás, toda esa parafernalia infernal de listas, nombres, nombramientos, precios, premios y tonterías de puertas para afuera, importan para el arte exactamente una mierda. Y por eso, también, hay que ir más veces a bailar reggeton con algún apunte de Rancière.
Así que, creo, que lo que tiene que hacer el Victor es seguir haciendo lo que hace, que es simplemente eso, hacer. Hacer un curro innombrable, sin amo, sin luz fugaz ni protecciones intercambiables, sin parapetos de ningún tipo, sin manos detrás que lo arropen, ni lo acunen, hecho en el caldo de la mala baba, a fuego lento en el taller de las sombras, en el Mordor de los Jaenada. Y lo que espero es que el Victor, desde todo eso, no me falle y cuando le toquen a la puerta -que le tocarán- no se sienta angustiado, no sucumba, no se pliegue, no se deje seducir y mantenga la incorrección como formato, la mala hostia como norma y la desafección como artefacto. Que el focazo no le deslumbre. Eso, y ya está, punto, que no se convierta en lo que debemos negar con todas nuestras fuerzas, uno de esos -uno más- que llega a Madrid como Farruquito, demasiado rápido, por la M-40.
Victor Jaenada es un artista silvestre lleno de convicción mágica, como el chamán en las tribus Guineanas, o como un Sileno viejete de los bares de la periferia que regala el vocabulario a las generaciones venideras. Récord histórico en voto latino, apostado con el pueblo llano pero querido por las élites más exuberantes, este Pintor-Obama ganará sin remedio las elecciones de vuestro corazón.
EL ARTE ES COMO EL BUEN ACEITE DE OLIVA VIRGEN – Pedro Paricio
La palabra artista ha terminado perdiendo peso debido al uso indebido del término, pero es la única que en su concepción tradicional y romántica puede definir completamente a Víctor Jaenada. Pinta pero no es pintor, realiza video pero no es videoartista, construye esculturas pero no es escultor y vive pero no es un vividor. O al menos no es cada una de estas cosas de manera individual. Entonces, para no caer en un sistema filosófico negativo y decir lo que Víctor es mediante lo que no es, definiremos positivamente lo que Jaenada si es: un creador de mundos. Su obra es su vida y su vida es su obra, ambos configuran una realidad simultánea en la que lo aparente y cotidiano recorren las sombras del ser. Jaenada pertenece a la categoría de artista biográfico explicito cuyo trabajo queda determinado por una visión única de la realidad, la del loco que para sobrevivir a la sociedad elige ser un genio. Víctor Jaenada quiere gritar, contar lo que ve, lo que le gusta y lo que le disgusta, llorar sus penas y cantar por alegrías, pero ante la incapacidad que siente para expresarse mediante las herramientas convencionales que la sociedad pone a su disposición, elabora un lenguaje propio y así cada vez un mundo. Un universo anclado en la actualidad pero suspendido conceptualmente en el tiempo. Un lugar al que te invita sin antes avisar que es un sitio peligroso, al que quizás no quieres ir porque hay caminos sin retorno.
A lo largo de mi carrera como curator y coach artístico, en mi labor de ofrecer a buenos artistas un foro en el que exponer, rara vez he conocido a un artista tan excepcional como Víctor. He de confesar que hasta la fecha no he podido traer sus instalaciones a Kortrijk o Berlín, pero no desistiré por los motivos que expondré. Víctor Jaenada es muy radical en su arte y en el mensaje que transmiten sus imágenes, lo cual asusta a los organizadores de exposiciones que quieren agradar al espectador, una postura totalmente errónea y, no obstante, muy habitual en estos tiempos de crisis e incertidumbre. Y es que este es el auténtico significado de su obra: con medios modestos crea un universo radicalmente opuesto a las ideas comunes en este mundo capitalista. Emplea “Das Bild” y su poética para detener en seco al público y atraer su atención. Los problemas sociales que quiere poner de relieve son poderosos y no admiten concesiones. Es uno de los artistas que tenemos que hacer visibles ahora, en el marco de la crisis económica, por su compromiso, su valentía y su audacia. El público internacional se halla ante una imagen distorsionada, con revistas como Vogue, Elle y muchas otras que lo sumergen en un estado de “ilusión” como hizo Walt Disney años atrás, y Víctor Jaenada trata de ponernos los pies en la tierra y mantenernos en la realidad. Nos muestra la realidad con un enfoque francamente radical, que es a su vez su manera de vivir la vida, basándose en la pura autenticidad. Víctor nos lo muestra con imágenes e instalaciones reales, no abstracciones, sino con la realidad misma, con elementos extraídos de la vida cotidiana. Hacer un arte así, de acuerdo con los principios personales, requiere grandes dosis de valentía y sacrificio, testimonio de su propia actitud, de su propio deseo de desmarcarse de este mundo y de la sociedad actual. Víctor, un artista valiente, audaz y auténtico, dista mucho de la escena artística puramente burguesa y comercial. ¡Sin duda sus imágenes prevalecerán!
The first time I saw Victor’s work was on his website. The truth is I don’t know what led me there. But I ended up going through it all from top to bottom. I skimmed everything and lingered at certain parts, at the videos in particular. I didn’t understand anything. Not the ominous html air, or the fallen bananas strewn over the floor. Not a thing.
The first time I met Victor was in Barcelona. We had exchanged some correspondences, but had never met in person. Up until this moment, our relationship had consisted of Facebook messages. We met a bar near Paralelo, where they served one euro beers and bacon tapas. We hardly talked about his work, yet we touched on many subjects (among these, the limited permeability of the Catalan context to miscegenation). By the end of our meeting, I still couldn’t understand the correlation between Victor and all the images which reminded me of his work. I continued to understand nothing, to be baffled. However, this encounter did make me think a lot about the savage aspect of working with art.
The first time I defended Victor publically was before a panel of judges. In response to the challenge put forth by the competition, he took the liberty of drawing up his own interpretation of the contest rules and presented them along with a video of his dog, Paco, determining if he’d win or not based on whether or not he sat at Victor’s commands. Since nobody understood anything, apart from the joke and jest, I began to understand the aggressiveness of it all and how that was valuable somehow. I began to comprehend Victor and his relationship to his work and how profoundly convinced he was of what he was doing. And that’s saying something.
One of my first impressions of Victor came from reading his work. It’s work that, at first, could be mistaken for the typical pretentious material that tries to be bizarre for no reason at all. It’s work that could fall into becoming a caricature of the tortured artist who knows he is, and who wraps up his product, ties a bow on it and sells it for public consumption. However, my first impressions of him couldn’t have been further from the truth. Victor’s work has nothing to do with any of that because Victor is not the typical tortured artist. To me Victor seems like a normal guy, pretty well-balanced and quite reasonable, who is simply fed up (something we have in common) with having to negotiate, to act in a certain way, to maneuver and persuade in order to get his art considered a “work of art”. I don’t think Victors acts like an outsider. He doesn’t have to front like that because he doesn’t care what anyone else thinks, certainly not in principle. Principles are tough, though. One wants to please, to be understood, to exist and to prevail, to see oneself and to be seen. Yet, after a while, when the work one creates doesn’t fit within the context in which one finds oneself, that of the inherited anti-formalist, anti-conceptual, anti-methodological discourse, it’s understandable that one stops giving a shit. I suppose. Fortunately. And it’s just as well.
What happens is that the concept of the outsider is poorly administered. More often than not, some or another artist is branded as “outside” with the ulterior motive of bringing them “inside”, of shining a spotlight on them and elevating them above the stars. Tame the wild animal and make it do tricks for us. However, that’s not being an outsider. That’s being an idiot. That’s letting a pack of hungry wolves make a scapegoat of us and turn us into something so far removed, into a trinket on the royal crown, into something fleeting and easily assimilated.
No. I don’t think Victor’s like that. Victor is a survivor who, having wanted to be in and is not, has already realized that it is enough to, simply, enjoy listening to Camarón, to watch Sergio Ramos run down the field, to own an original cassette of Thriller or the Nirvana posters he’s never had… to work from there. And it’s out of this realization that his lewd and formally incorrect mode of operation emerges and it makes us feel interrogated, over the greasy bar of the joint on Paralelo with the bacon tapas. Pixelated Latino YouTube videos mixing with territorial detachment, the iconography of the media, – let’s leave it at sociopolitical tension and instinct as the definitive weapon against indifference. Something like this emerges from the walls of his studio, like a vital space, like an impenetrable bunker.
Victor doesn’t have a public presence and he doesn’t expect to have one. And if he ever does, something which would benefit everyone, he hopes to do it so efficiently and to arrive so high, that he becomes a millionaire. Which has all the logic of the world, and which makes him, in an absolutely and sincerely way, the non-scenester hero. The authentic hero.
Why fool ourselves? Victor’s work is awesome. It’s fully armed and has what some call “drive”. It can stand for itself and spits in the wind. Finding fault is his strategy. The thing is that I don’t need to fabricate some convoluted argument to defend his work, like most of the texts we write or that are written about us, in order to say that I like his work, I like everything. It excites me, a lot. I don’t understand anything, yet it turns me on. It riles me up. And nothing needs explaining, it’s all there. Period.
Victor’s work gets me going, it triggers something inside me which is not often roused, even when it is the antithesis of what is supposed to be formally correct or not, the antithesis of my education, the base which supports the well-founded weight of my artistic/parental genealogy. And maybe that’s what gets me; that I’ve been told not to use nails, or hair, or shit or vomit, or photos of my parents or of Britney, nor to be too corporal or too literal in my work and then here comes Victors with a big pair of balls and does just that. And this makes me feel sick like I’m being interrogated, estranged, so disagreeable that, when I notice this discomfort comes out of an undeniable desire, I can do nothing else but be in awe. It stimulates an aesthetic -masochistic point in me, which I deeply appreciate.
I like Victor’s work, but above all, I like Victor because of his bad-ass modus operandi and because of the things he does that, when he closes the door of his studio, make him the really peaceful and warm hearted guy he is. And I think about the others, the well-off, goody two shoes, the art-knowing people who are cornered by their own formal conventionalisms, by the protocol, by the fleeting limelight, people who at the end of the day, when they close the doors of their studios (that is if they even have them) are the worst, most disgusting and most ruthless people in the world.
I think what Victor does is cool because he’s my friend. It can be no other way. Because he gets Lacan and can bounce it off the walls of his house and then go see a Betis match without going through some emotional turmoil, because, in the end, it’s really all the same thing. Lacan and being a Betis fan, Camarón, a drive towards death, megalithic sculpture, videos with his Golden Retriever, the unsettling lack of device, the Rumba of Los Chicos.
I’m glad that he’s going to do a show as it should be done, so that he can exhibit all the things he makes from his gut, without throwing any punches. And I’m glad he’s calling the show “Lesson 1” marking him as a mentor and reaffirming his position. And I’m happy because there are a lot who have much to learn from this exhibition, from this nonexistence, from the interruption of the narrative of correctness, from the protection of the scene like in trench or a jail. I’m glad because, at last, being the underdog is the strategy again and self-boycotting makes its way into the gallery to see if it can breach, throw a stone at or burn something big.
The first time Victor asked me to write about him – this time I felt that I didn’t have to write anything more than a plea in his favor and against the stupidities that we have to adhere to simply because they’re considered correct. We’ll see if the people who pass through his exhibition learn something and if they realize that the important thing about our profession is not pleasing people, it’s doing whatever it takes, by any means, to resolve our own existence and that everything else, all the diabolical paraphernalia, the lists, the names, the awards, the price tags, the bullshit of trying to get a foot in the door mean nothing. And for this reason, I’ll go dance Reggaetón with Rancière notes any day.
Therefore, in my opinion, what Victor needs to do is to simply continue doing what he’s always done. To do an unmentionable job, without an owner, without his 15 minutes and owing favors, without a parapet, without protective hands cradling him from behind, in the midst of a stew of envy and ill will, at the bonfire of his workshop, in the Mordor of the Jaenada. And I hope that Victor, from all of this, doesn’t let me down, that he will keep his calm when they come knocking at his door, which they will, and that he doesn’t succumb, that he doesn’t give in, that he doesn’t let himself get seduced and that he maintains taboo as his format, renegade as a norm, and indifference as artefact. That he’s not blinded by the spotlight. That is, and this is it, that he never turns into someone we’ll have to turn our backs on someday, into one of those guy who made to it to Madrid like Farruquito, too fast, on the M-40.
Victor Jaenada is a wildlife artist full of magical conviction, as the shaman in Guinean tribe, or as an old Silenus of the suburb`s Pubs that gives away the vocabulary for generations to come. With a historical record in Latino vote, he is invested with the common people but loved by the most exuberant elites. When the time comes, I have no doubt This Painter-Obama will incontestably win the elections of your heart.
The word “artist” has lost significance, yet it is the only term whose romantic and traditional concept fully defines Victor Jaenada. He paints but is not a painter. He makes videos but is not a video artist. He lives but is not an opportunist, hedonist. Or at least, he is not exclusively just one of these things. Then, to avoid falling into the philosophical conundrum of defining him by what he is not, we will define him affirmatively by what he is, as a creator of worlds. His work is his life and his life is his work, both form part of a simultaneous reality in which the appearance and the habitual traverse the shadows of being. Jaenada belongs to a category of explicitly biographical artists whose work is determined by a unique vision of reality, the vision of a madman who decides to be a genius in order to survive society. Victor Jaenada wants to scream, to tell what he sees, what he likes and what he doesn’t, to cry for his sorrows and to sing his joys, but before the incapacity, he feels to express himself with society’s conventional tools he elaborates his own language and thus a world. It’s a world anchored in the present yet suspended in time. It’s a place which invites you in without warning you of its dangers; it’s a place you might not want to visit for within it lie paths of no return.
In my career as a curator and artistic coach, working to give good artists a forum in which to exhibit, I have seldom met an artist as exceptional as Victor. I have to admit that I have, as of yet, been unable to bring his installation art to either Kortrijk or Berlin, but I won’t give up for the following reasons. Victor Jaenada is very radical in his art and in the message his images transmit, which frighten those who organize exhibits and aim to please visitors, a totally misguided statement that is, nevertheless, very real in this time of uncertainty and crisis. But this is the true meaning of his art: with humble means, he creates a world that is radically opposed to the ideas common in this capitalistic world. He uses “Das Bild” and its poetry to stop people in their tracks and hold their attention with the image of what he is trying to express. The social issues he wants to make visual are strong and make no concessions. He is one of the artists that we need to show now, since the financial crisis, because of their commitment to the community, their bravery, and their boldness. The global community is misled by magazines like Vogue, Elle, and many others, which lull us into a state of “illusion” as Walt Disney did so many years ago, and Victor Jaenada tries to bring our feet firmly back to earth, rooting us in reality as communities have always functioned. He shows us the reality of living in this world, and his approach is honestly radical, which is also the way he lives his life, based on pure authenticity. Is it a disgrace for humankind, yes it is, and Victor shows us this with real images and installations, not abstractions but reality itself, elements out of everybody’s daily life. It requires a lot of courage and sacrifice to make such art according to one’s principles and is a testimony to his own attitude, his own desire to stand apart in this world and in today’s society. Brave, bold and authentic, Victor is far from the clean commercial bourgeois art scene. I also want to thank the institution that allows him to show what he has to say and show, his penetrating work. His images will prevail!
Totem contemporáneo #1, #2 y #3 | Instalación, torre de botellas, piel de conejo, cinta adhesiva, bridas, palos de escoba, latas y billete | 350 cm. x 100 cm. x 100 cm. aprox. | 2012-13
Contemporain totem #1, #2 and #3 | Installation, bottle tower, rabbit fur, adhesive tape, clamps, broomsticks, cans and bill | 137’8” x 39’4” x 39’4” approx. | 2012-13
Soy un lobo solitario y en mi estepa estoy bien | Dibujo, imagen lenticular y mini instalación sobre el muro | Variables 150 cm. x 100 cm. aprox. | 2012 I’m a lone Wolf and I’m fine in my steppe | Drawing, lenticular image and mini installation on wall | Variables 59” x 39’4” approx. | 2012
* I’m a lone Wolf and I’m fine in my workshop, and in the drarkness with the shadows and in lounge bars.
* I made this project for a Berlin gallery, but finally they didn’t want to make it.
* No hago performances porque me dan vergüenza | I do not make performances because they embarrass me
The exhibition could be divided in three parts:
a) Installation: Main work of the exhibition, it consists of a welcome video (it reveals my work process and explains the exhibition) and a mural installation (site-specific) titled «From cheap bitch to expensive bitch» and it’s composed of silkworms, which metamorphose during the exhibition, among others elements.
b) Performance “My way”: From the dinner I had with the art curator, Frank Sinatra struck me heavy as idea, I decided that it should be the major role. «My way» as a statement, the idea was to invite a prostitute or a homeless to sing «My Way» in the exhibition.
c) Series of prints: To complete the experience I was interested in the idea of «German shepherd». I developed a series of unique prints with Spanish, English and German sentences.
Pastores marrones | Xilografía, spray, cintas adhesivas sobre papel | 150 cm. x 180 cm. | 2010 Brown shepherds | xylogaphy, spray and adhesive tape on paper | 59” x 70’9” | 2010
«A un anciano le pegué, porque me faltó en la calle, y al año cuando me enteré de que ese hombre era mi padre, gotas de sangre lloré.» * To an old man I hit, because he insulted me on the street, and after a year I found out, that the man was my father, drops of blood I cried.
I’m Camaron | Acrílicos, pelo y Spray sobre tela | 195 cm. x 114 cm. | 2010
I’m Camaron | Acrylic, hair and Spray on canvas | 76’8” x 44’9” | 2010
Camaron for ever | Xilografía y cintas adhesivas sobre papel | 150 cm. x 80 cm. | 2010 Camaron for ever | Xylography and adhesive tape on canvas | 59” x 31’5” | 2010
From 47 Gall street – Esplugues de Llobregat – Barcelona (Spain) to The White House – 1600 Pennsylvania Avenue NW – Washington, DC 20500
Dear Barack Obama, First I would like to congratulate you and I hope you are fine and full of power to work a lot for this World. This world needs people like you. I think the world and the humans are better now. I’m writing you this letter because I think that the moon is for all people in the world in the same way. I’m very proud that the American people were the first to step on the moon but I think now the world is different and you and your people should to substitute the American flag for another one, for example a blue flag. That way America would give the most important present we’ve ever seen. Return us the moon. Looking forward to hearing from you & best wishes. VJ.
Obama return the moon | Instalación mural | 200 cm. x 250 cm. | 2010 Obama return the moon | Mural installation | 78’7” x 98’4” | 2010
Se trata principalmente de escenificar y documentar una boda entre un artista (yo) y el “Arte”.
Tiene como fin principal la reafirmación de mí compromiso con el Arte.
El proyecto también habla indirectamente de la relación artista-Arte y nos revela una actitud crítica frente a un determinado panorama sociocultural.
El proyecto está dividido en cuatro partes:
1ª Parte:Boda.
Performance y acto social que simboliza mí compromiso con el “Arte”.
La boda está dividida en dos acontecimientos:
· La ceremonia de boda, performance ritual donde escenifico mí unión con el “Arte”.
· El banquete, acto social donde los invitados reflexionan y se relacionan.
2ª Parte:Documental.
Se trata de documentar audiovisualmente la boda con el “Arte” mediante un falso documental.
El documental abarcará, pasando por la boda, desde la pedida de mano hasta la vida cotidiana del matrimonio, estudiando metafóricamente la relación artista-Arte.
3ª Parte:Obras satélite.
Simultáneamente al resto del proyecto crearé una serie de obras plásticas, obviamente relacionadas con el tema de la boda con el “Arte” (dibujo, pintura e instalación)
4ª Parte:
Exposición.
El proyecto se completa con una propuesta de exposición que documentará, desde todos los lenguajes creativos empleados todo el proceso creativo llevado a cabo.
Acto 1
Entrada al “templo”.
Una vez la novia baje del coche a la puerta del “templo” recogerá a el perro disecado y se
dirigirá hacia el altar, todos los invitados ya se encontrarán colocados en su sitio y ya les habrá
dado tiempo a leer el programa de mano, el ministro y el novio la esperarán en el altar.
Acto 2
Los novios en el altar. El ministro micrófono en mano comenzará a leer el sermón a la
congregación, que lo podrán seguir todos los asistentes mediante la pantalla gigante situada
detrás del altar, a modo de presentación PowerPoint.
Estamos aquí reunidos, en la presencia del mundo del Arte, testigos y ante notario para
confirmar el matrimonio entre este hombre Victor Jaenada Gajo y el “Arte”.
El matrimonio artístico es un estado honroso instituido desde la inquietud del artista en un
contexto sociocultural determinado. El matrimonio es honroso a todos los artistas y se le
consagra como símbolo de la unión entre el ser humano y su existencia.
El matrimonio artístico debe contraerse irreversiblemente y en el temor a la puta muerte,
considerando los fines para los que se ordenó, es decir, para concretar la ambigüedad y la
realización personal y colectiva a través de las obras de arte.
El matrimonio artístico ha sido ordenado para continuar la sagrada institución que los artistas
anteriores han construido desde la autonomía creativa y para que los venideros que son la
herencia sean criados en libertad y justicia.
El matrimonio artístico contribuye también al bien de la sociedad y a transmitir mediante las
obras de arte la magia de generación en generación.
Acto 3
Oración, la gente repite lo que lee el ministro.
Arte, no puede ser perfecta nuestra existencia si tú no la perfeccionas.
(Repinten)
Falta algo sublime en nuestras horas más felices si no nos acompaña tu bendición, te
suplicamos por tanto que disfrutemos del goce de tu divina presencia.
(Repinten)
Pedimos que la bendición de tú presencia sea una realidad en la vida de este hombre que va
ha realizar este compromiso solemne, de modo que el recuerdo de esta hora le fortalezca en
las crisis de confianza y en las creativas, y le consuele de la incertidumbre existencial y de
todas las pruebas y todos los cambios del futuro.
(Repinten)
Llena de felicidad estos momentos, oh Arte y sé con todos nosotros en esta hora.
(Repinten)
Acto 4
Juramento, el ministro se dirige a mí.
Hoy delante del mundo del Arte, testigos y ante notario has venido para presentar tú unión con
el Arte. Esto representa un paso serio y solemne donde tomas a el “Arte” con el fin de afrontar
las circunstancias que se presenten, sea en la riqueza o en la pobreza, en el gozo o en la
tristeza, en la salud o en la enfermedad, en todo lo que la vida da y en todo lo que la vida quita
y serán el uno al otro fiel, esposa y esposo según lo ordenado para la vida de artista y hasta
que la puta muerte os separe.
Oigan púes el juramento escrito para su instrucción y para que tengan luz en su camino.
Si alguien tiene algo que decir que lo diga ahora o que calle para siempre.
Acto 5
Juramento leído por mí. Es el punto de inflexión de la ceremonia y de todo el proyecto, en el
que de manera solemne y determinada la novia (yo, el artista) jura comprometerse
intensamente y para siempre con el Arte ante la congregación, testigos y notario.
1. Juro no perder el contacto con la actualidad y ser siempre consciente de que he vivido el
nacimiento de Internet, el 11-s y la crisis financiera.
2. Juro que siempre haré las cosas a mí manera, como Frank Sinatra, fiándome de mis
intuiciones y reinventándome una vez tras otra con el fin de sentirme realizado y cada vez
más completo.
3. Juro mantenerme en la punta de la lanza aunque no tenga dinero, seguiré robando si es
preciso y con estas manos noche y día sacaré adelante a mí familia (letra de Los Chichos)
4. Juro que me tiraré por la ventana antes que tener que trabajar en una fábrica, haciendo
responsable de mi puta muerte, como hizo como Michael Jackson, a toda la sociedad.
5. Juro que prefiero comer arroz hervido toda la vida, bajo el signo de la autonomía creativa
que bañarme en oro utilizando la mentira.
6. Juro emborracharme para llegar a sitios nuevos arrastrándome como una cucaracha por la
senda de la incertidumbre y que nunca haré dos veces la misma obra.
7. Juro detectar el patetismo del artista y ponerle remedio antes de que aparezca en mí vida,
que está apostada a una sola carta.
8. Juro que admiraré y apoyaré a los artistas que se arriesguen y que ignoraré a los que se
acomoden y a todos los que digan estupideces del tipo: el arte es tal, es cual o es Pascual.
9. Juro concretar la ambigüedad e intentar conocer y contestar a lo desconocido hasta mí
última hora aunque no le encuentre sentido a la vida.
10. Juro jugar al juego aún sabiendo que algún día todo desaparecerá.
Acto 6
Votos matrimoniales, el ministro se vuelve a dirigir a mí.
Victor Jaenada Gajo ¿promete usted delante del mundo del arte, testigos y ante notario tomar a
el Arte por su legitimo esposo para vivir con él conforme lo ordenado por la incertidumbre en el
solemne estado de matrimonio artístico? ¿Promete amarlo, honrarlo, consolarlo y protegerlo en
tiempo de enfermedad y de salud, en prosperidad y en adversidad y mantenerse fiel a él
mientras vivas aunque los críticos no te entiendan y no tengas ni un puto euro?
Si, lo juro (yo respondo con la mano en el “Arte”)
“Arte” ¿promete usted delante su mundo, testigos y ante notario tomar a Victor Jaenada Gajo
por su legitima esposa para vivir con él conforme lo ordenado por la incertidumbre en el
solemne estado de matrimonio artístico? ¿Promete amarlo, honrarlo, consolarlo y protegerlo en
tiempo de enfermedad y de salud, en prosperidad y en adversidad y mantenerse fiel a él hasta
el fin de los días?
El “Arte” no contesta, se repite y el “Arte” sigue sin contestar.
Acto 7
Continúa la ceremonia, entrega de anillos y firma documento.
Tomo el anillo y mientras se lo pongo a el “Arte” digo:
Con este anillo me caso contigo, uniendo contigo mí corazón y mí vida y te hago participe de
todos mis bienes.
El ministro dice:
Que este anillo sea el símbolo puro e inmutable de su amor
Acto 8
La novia el suelo como los franciscanos, el ministro dice:
En señal de su fidelidad a las promesas que se han hecho, túmbese en el suelo como símbolo
de su amor.
El ministro se dirige a el “Arte” y dice:
Arte eterno creador y consolador del género humano. Bendice a este hombre delante del
mundo del arte, testigos y ante notario a fin de que viva siempre en paz y en amor conforme a
tus santos mandamientos y ordenando su vida en armonía con tus obras por medio de tus
obras.
Te rogamos oh arte todo poderoso que seas salvador y guía de su alma inmortal para que
mediante las obras de arte alcance la gloria eterna.
Acto 9
La firma y el beso, el ministro dice:
Procedemos ahora a la firma del contrato matrimonial (yo firmo el contrato que más tarde
formará parte del acta notarial)
Por cuanto Victor Jaenada Gajo y el “Arte” han consentido ingresar al estado de matrimonio
artístico y en efecto han celebrado el contrato matrimonial delante del mundo del Arte, testigos
y ante notario habiéndose dado y empeñado su fe y su palabra uno al otro lo cual han
manifestado con la unión de sus vidas, ahora como portavoz sociocultural confirmo y los
pronuncio como marido y mujer, lo que el arte ha unido que ningún critico pelagatos lo separe.
Ahora puede besar a el “Arte” (yo beso al maniquí)
Acto seguido la novia lanzará el ramo desviándolo intencionadamente a la zona de los
invitados del novio.
Acto 10
Salida del templo.
La novia abandonará el “templo” al son de la marcha nupcial y bajo la inevitable lluvia de arroz
y dejará al perro disecado en la entrada para introducirse de nuevo en el coche que la estará
esperando en la puerta.
Fin de la ceremonia.
Con la ayuda de los colaboradores se transformará el espacio de la ceremonia de boda en el
espacio de banquete y se realizará el transporte de los invitados (Tour)
A los 20 minutos los invitados vuelven al banquete donde podrán empezar a degustar el
convite.
Comienzo del banquete.
15 minutos después sonará el Vals, que los novios bailaran estáticamente, después de esto ya
se acaba el protocolo y es momento de comer, beber, relajarse y relacionarse.
El Banquete terminará aproximadamente una hora y media más tarde.
El guión tan solo es una pauta, es orientativo, lo importante es transmitir la idea concreta en
cada capítulo.
El carácter del novio (el “Arte”) es neutro y seco, no tiene voz y nunca contesta a las preguntas
de la novia.
El carácter de la novia (Victor) siguiendo la línea de naturalidad del carácter de los capítulos
secundarios será como el mío real.
Capítulo 1
Pedida de mano: aprox. 3’ (metáfora de las expectativas del artista)
Los dos aburridos (yo y arte) sentados en el sofá viendo en la tele la ruleta de la fortuna.
Victor:
¿Cuánto hace que nos conocemos? ¿33 años? No se… he estado pensando… llevamos
mucho tiempo tonteando.
Quiero pasar el resto de mi vida contigo.
Mírame no tengo ni un duro y mí autoestima es como el Guadalquivir, no soy nadie, quiero
más, necesito más.
Así nunca llegaré a nada, quiero crecer junto a ti.
Quiero saber que somos el uno para el otro y no se… sólo te tengo a ti… quiero más
compromiso… estar más cerca de ti, más seguro, dedicarte más tiempo…
Victor, la futura novia, inca la rodilla en el suelo y coge la mano de el “Arte” y le enseña el anillo
de boda.
Victor:
¿Quieres casarte conmigo?
Capítulo 2
Despedida de soltero: aprox. 2’ (metáfora del carácter reflexivo del artista)
La novia sola en la montaña mirando el paisaje, a lo Friedrich, dice adiós a la vida convencional
sin dudas pero con preocupación, capítulo sin palabras.
Capítulo 3
Preparativos: aprox. 3’ (metáfora de la ilusión y la confianza del artista)
La novia en una mesa organizando la boda habla con el “Arte” que pasa de todo mirando a la
pared.
Victor:
Mira que vestido más bonito…
(Le enseña a el “Arte la foto del pastor alemán disecado)
Capítulo 4
Recogida de la novia: aprox. 5’ (metáfora de la valentía del artista)
El padre de la novia recoge a la novia en su casa (estudio) se dirigen a la calle y se suben al
coche engalanado dirección a La ceremonia.
En el espejo vestido de novia.
Victor:
Que nervios…
Padre:
¿Te ha visto vestida de novia?
El “Arte” espía y asoma la cabeza por la puerta entreabierta.
Todo en un plano secuencia desde el estudio hasta el coche pasando por el ascensor.
* Como documento alternativo se entrevistará a la novia en el coche dirección a la ceremonia.
Capítulo 5
La ceremonia: aprox. 15’ (metáfora del compromiso del artista)
Montaje objetivo tipo bodas normales, extraído del material de las performances (entrada
iglesia, sermón, juramento, salida iglesia)
Capítulo 6
El banquete: aprox. 10’ (metáfora de la recompensa al trabajo)
Montaje objetivo tipo bodas normales, extraído del material de las performances (convite, tarta,
vals, ramo)
Capítulo 7
Noche de bodas: aprox. 5’ (metáfora de la entrega y la dedicación del artista)
En una habitación del Hotel Sant Just, con vistas, la novia se quita los pendientes de pinza y
perlas y le realiza una felación a el “Arte”.
Duermen los dos placidamente y se despiertan entre algodones.
Victor:
¡Ya estamos casados! ¡Vamos a ser grandes!
Tengo un montón de cosas pensadas. La cabeza me va a mil por hora.
Capítulo 8
Luna de miel: aprox. 5’ (metáfora de la realización personal)
En el camping La ballena alegre (Castelldefels) en una tienda de campaña se encuentra al
matrimonio viendo las fotos de la boda y contando anécdotas
Victor:
Recuerdas a aquel crítico que no te entendía.
* Como documento alternativo se hará un álbum de fotos y un video del viaje.
Capítulo 9
Discusión: aprox. 3’ (metáfora de las crisis e incertidumbres)
En la cama la novia se desvela.
Victor:
Nunca me dices nada ¡todo lo tengo que hacer yo siempre! ¡Me tienes harto!
Ya no es como antes, nunca me escuchas, nunca me acaricias
¿Ya no te gusto? ¿Hay otra persona?
Capítulo 10
Capitulo final: Dos finales posibles 10A y 10B (metáfora de la suerte)
Capítulo 10A
Reflexión: aprox. 3’ (final feliz)
La pareja al lado de una chimenea y con el
perro.
Victor:
Hemos hecho lo que hemos querido.
Por ti no pasan los años, yo me muero… nos
separaremos… quiero que sepas que he sido
muy feliz… aunque me este muriendo
Capítulo 10B
Reflexión: aprox. 3’ (final infeliz)
En la calle la novia borracha y tirada.
Victor:
Menuda mierda de vida nadie me ha hecho
caso…
Tanto sacrificio para nada.
Solo quería que me quisieras.
Y que de vez en cuando me dieran una
palmadita en la espalda.
Estadística #1 y #2 | Técnica mixta sobre papel de aluminio | 180 cm. x 180 cm. | 2008 Statistic #1 and #2 | Mixed media on silver foil | 70’9” x 70’9” | 2008
El caso Madelaine | Instalación mural, técnica mixta sobre muro | 300 cm. x 1000 cm. | 2007 The Madelaine case | Mural installatuon, mixed media on wall | 118’1” x 393’7” | 2007